La reaparición de las enfermedades de transmisión sexual, el creciente número de casos de sida provocados por el mantenimiento de sexo no protegido y los cerca de 80.000 embarazos no deseados anuales, revelan que algo falla en la sexualidad de los españoles. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, aportó ayer a este panorama otro dato que apunta en esa misma dirección. Los hospitales y farmacias del país despacharon el año pasado medio millón de píldoras del día después, el triple que hace cinco años. En 2001 fue necesaria la utilización de 160.000 tratamientos y en 2005 se llegó casi a los 500.000.
La píldora postcoital, en el mercado desde el año 2001, provoca una fuerte descarga hormonal que desencadena la llegada prematura de la regla y, como consecuencia, evita la fecundación. Cada vez más parejas, sin embargo, emplean esta terapia como una alternativa al preservativo. Tan temeraria actitud les lleva a cometer varios errores. Además de utilizar como método anticonceptivo algo que no lo es, la mujer se somete a un riesgo innecesario y la pareja, salvo que los dos miembros se conozcan muy bien, se expone a contraer una enfermedad de transmisión sexual.
Es probable, según dicen los especialistas, que la mayoría de los usuarios de la terapia postcoital ignoren que su eficacia en las primeras 24 horas ronda el 95%, pero que baja al 85% una vez transcurrido ese tiempo y cae en picado hasta el 58% si se toma después de 72 horas.
Falsas creencias
Creencias tan extendidas y falsas como que el sida ya no es un problema sanitario porque dispone de una terapia eficaz y que la sífilis y la gonococia son patologías que pertenecen al pasado, están llenando las consultas y contribuyendo a la gestación de embarazos no deseados. Nada más lejos de la realidad. Según el Sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria, España registró en 2001 un total de 805 casos de gonorrea y 700 de sífilis. Cuatro años después, ambas cifras subieron a 1.174 y 1.255 casos, respectivamente.
La cifra de abortos practicados en España tampoco resulta desdeñable. 80.000 embarazos interrumpidos en un país donde nacen 400.000 niños al año supone que una de cada seis gestaciones, por los motivos que fuesen, no se desearon. El 40,69% de las mujeres que decidieron abortar en 2003 tenía menos de 25 años.
La preocupación existente entre las autoridades sanitarias ha llevado este verano al Ministerio de Sanidad y Consumo a impulsar una campaña para la promoción de hábitos sanos de salud sexual entre los más jóvenes.
La campaña pondrá especial énfasis en el fomento del uso del preservativo por ser el único método anticonceptivo que se ha demostrado eficaz tanto para evitar embarazos no deseados como para la prevención de las enfermedades sexuales.