Seis señales de alarma ante el riesgo de suicidio
➡️ Intentos previos
Este es uno de los factores que más determina el riesgo de suicidio. Los especialistas lo miden por grados:
- el primero sería tener ideas pasivas de muerte, pero sin intención de querer matarse.
- el segundo ya sería tener ideas suicidas.
- el tercero, cuando la persona pasa a planear el método de cómo hacerlo.
- y el último, cuando pasa a ejecutarlo.
A mayor grado, más riesgo. Igualmente, a mayor gravedad de intentos previos y ocultación de los mismos, también habrá un mayor riesgo.
➡️ Consumir sustancias legales o ilegales
Si la persona consume cocaína, psicofármacos o alcohol en grandes cantidades, estamos ante un problema mayor, ya que en el momento que sienta la desinhibición provocada por los efectos de las drogas, lo va a hacer. Incluso cuando no hay adicción, el simple hecho de que una persona con ideas suicidas consuma ocasionalmente ya debería alarmar a su entorno.
➡️ Comentarios relacionados con la muerte
Desde el punto de vista anímico, hay que estar alerta ante estados altos de depresión o ansiedad y a su verbalización. Por ejemplo: “Me gustaría desaparecer”, “no pinto nada en este mundo”, “quiero descansar”, “es preferible quitarse del medio”…
También hay que observar si estos coinciden con algún desencadenante agudo, como el diagnóstico de una enfermedad, una ruptura, un grave problema económico…
➡️ Cambios en la conducta
Puede ir en dos sentidos. Por una parte, puede observarse un aumento significativo de la irascibilidad e irritabilidad –al que se suma el hecho de dormir y comer poco– o un periodo de calma y tranquilidad repentino cuando, previamente, había presentado demasiada agitación. Creer que esta situación es una mejoría, podría ser un error, ya que puede ser una señal de peligro de riesgo inminente.
➡️ Se está despidiendo
Regalar objetos personales, preciados y queridos, cerrar asuntos pendientes, dar en adopción a las mascotas, preparar el testamento, mandar cartas a seres queridos a modo de despedida… Todo ello significa que lo está planeando.
➡️ Ha estado ingresado previamente en psiquiatría
Hay un riesgo mayor inmediatamente posterior al alta hospitalaria por ingreso en la unidad de psiquiatría. Este es un peligro que, además, puede seguir siendo alto durante años.
Qué pasa con los adolescentes
La mayor incidencia de suicidios en España sigue siendo en adultos, concretamente en la franja de los 40 a 64 años, pero llama la atención el incremento que se ha producido entre los adolescentes. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 se suicidaron 72 adolescentes de entre 15 y 19 años (53 lo hicieron el año anterior).
🔴 Causas
No hay una única causa para este incremento, como en el caso de los adultos, pero las redes sociales y la manera sensacionalista en la que se habla del suicidio en ellas han podido producir un efecto imitación. Además, la adolescencia es un periodo de impulsividad y uno de los riesgos del suicidio es, precisamente, el grado alto de ese impulso.
Jesús Padilla es miembro del equipo psicológico de la Asociación Aragonesa de Suicidio y Conducta Autolesiva (LIANA). Este psicólogo apunta también a la desconexión emocional que vive la sociedad: “Somos una sociedad muy conectada en redes, pero muy desconectada en lo emocional. Nos cuesta mucho hablar de las emociones. Muchos padres se quejan de la falta de comunicación con sus hijos y su imposibilidad para acercarse a ellos y saber cómo están. Si estos jóvenes sienten que no pueden hablar con su familia, el riesgo aumenta”.
Además de la tristeza y la depresión, la vergüenza y la culpa, sobre todo en adolescentes que han sufrido acoso escolar (en el instituto o en redes), también se unen a ese cóctel de factores que, finalmente, les lleva a tomar la decisión. El acoso escolar y el suicidio van cogidos de la mano. Hoy en día, si se activa el protocolo antiacoso también lo hace inmediatamente el protocolo antisuicidio.
🟠 ¿Autolesiones?
Rocío López, psicóloga clínica del centro de salud mental Jaime Vera de Coslada (Madrid), hace una distinción con las autolesiones, ya que es cierto que se producen mucho entre los adolescentes, pero no tienen por qué significar que el joven se quiera matar.
“La inmensa mayoría simplemente se quiere lesionar; bien para calmar su ansiedad o para distraer el dolor psíquico que siente con el físico, ya que les va a resultar más tolerable. Los padres vienen a consulta muy asustados pensando que su hijo se quiere suicidar, pero lo cierto es que, en la gran mayoría de las ocasiones, tras hablar con ellos, su intención es la de hacerse daño, castigarse, pero no quitarse la vida”.
🟢 Educación para protegerles del suicidio
Para Padilla, está bien valorar la necesidad de crear una estrategia nacional y, sobre todo, aumentar las plazas de psicólogos clínicos en la Seguridad Social. Así, vamos a ayudar al paciente, pero ¿cómo protegemos a la población en general? La respuesta está en la educación.
- 1. Trabajar desde edades muy tempranas la inteligencia emocional. Hablar de la muerte y dotar a los alumnos, también desde el ámbito familiar, de recursos para la resolución de problemas y habilidades sociales. Hay que enseñarles a enfrentarse a la vida y seguir para adelante cuando llegan las cosas malas.
- 2. Compartir tiempo con los hijos y la familia. “Somos una sociedad que tiene más tiempo para los compañeros de trabajo que para la propia familia”, denuncia Padilla.
- 3. Hablar de ello. Para prevenir el abuso sexual, hay que dotar a los niños de educación sexual, ya que solo de esta manera sabrán entender lo que es normal y lo que no. “Igual ocurre con el suicidio y la muerte, que siguen siendo temas tabú, pero hay que hablar de ellos a los niños”, recomienda el psicólogo.