En principio, parece que todo son beneficios con las apps de citas para ligar. Han cambiado nuestra forma de relacionarlos. Con todas ellas es posible conseguir flirtear desde la comodidad de tu casa, no tener que invertir tiempo ni esfuerzo en acicalarte y acudir a la cita y, sobre todo, contar con un gran abanico de pretendientes con el simple gesto de deslizar el dedo en la pantalla del móvil. Pero también estas aplicaciones tiene sus sombras. Estas son las que apuntan los psicólogos.
Sobresaturación con las apps de citas para ligar
El efecto casting al que se someten los usuarios hace que las personas no se centren en su objetivo y mermen sus opciones de encontrar pareja. La neurobióloga Helen Fisher asegura en su libro ‘Anatomía del amor’ que cuando una persona tiene que elegir entre más de cinco estímulos o candidatos, las probabilidades de que no elija ninguno aumentan.
Desde que irrumpieran estas aplicaciones se ha pasado del boom inicial al hartazgo. “La gente se ha cansado de tantas citas diferentes”, explica Raúl Marcos. Este psicólogo entiende que tener tantas oportunidades genera una sobresaturación. Es más, con 30 conversaciones o varias citas a la semana a la vez, algo habitual en estas aplicaciones, según admite María Pasión, asesora y experta en relaciones de pareja en Meetic España, no se llega a profundizar realmente. “Entras en esa dinámica de buscar siempre a alguien nuevo y no llegas a conocer realmente a la otra persona ni a decidirte si te interesa o no”, explica Marcos.
Dar tiempo a una relación es clave para que tenga futuro. También a nivel virtual. En ese chateo previo a la cita o al rechazo se produce todo un proceso en el que los dos usuarios se comunican, expresan sus preocupaciones, sus sentimientos, sus frustraciones y también sus deseos sexuales. Sin embargo, la velocidad que se genera en las aplicaciones es tan vertiginosa que en algunos casos apenas hacen uso de un par de mensajes para dar el siguiente paso.
Para Francisca Molero, las aplicaciones de citas no han solucionado los problemas a la hora de encontrar pareja, que siguen siendo prácticamente los mismos. Las personas tímidas y con dificultades para relacionarse con otros no consiguen seguir una conversación dinámica y fresca a través del teléfono móvil.
El encontrar una persona afín con ayuda de los algoritmos ofrece cierta garantía de compatibilidad. Pero el amor es química, y esos algoritmos empiezan a fallar conforme más abstracta, más complicada y compleja sea la persona. Asimismo, quedarse solo en lo virtual “impide que se desate el factor sorpresa que generan los encuentros interpersonales y, con ello, la atracción química entre dos personas, la comunicación no verbal a través de miradas, gestos y del propio tacto”, explica la sexóloga Francisca Molero.
Subir la autoestima a través de likes
El refuerzo de este tipo de aplicaciones es muy rápido y puede generar dependencia con los likes, que acaban influyendo en la autoestima del usuario. “Da igual la edad, inscribirte en una aplicación para ligar y no recibir ningún ‘me gusta’ duele, pero también sucede lo mismo en la vida real”, analiza Raúl Marcos.
No obstante, el psicólogo recuerda que no deja de ser una situación a la que le falta un atisbo de realidad, ya que la comunicación parte del anonimato y se basa en imágenes retocadas con filtros.
Infidelidad digital: del ‘cibertonteo’ a un problema de pareja
Imagen: cottonbro
La irrupción de las aplicaciones en las relaciones amorosas ha generado gran curiosidad. Su llegada supone una ventana de oportunidad (amparada en el anonimato), de nuevas relaciones para las personas que cuentan con pareja. Según la sexóloga y médica Francisca Molero, en las consultas de psicología y sexología ha irrumpido un nuevo concepto: la infidelidad digital.
Lo que empieza como un cibertonteo, que en muchas ocasiones surge por mera curiosidad, puede generar una brecha en la pareja y, aunque que en la mayoría de los casos se queda en un affaire erótico virtual, la pareja lo vive como una infidelidad real. Tras los chateos iniciales suele sucederse una conversación “mucho más agradable que la que llevas con tu pareja habitual”, ajena a la rutina y que deriva en conversaciones íntimas y eróticas.
Para Molero, en la mayoría de los casos el contacto solo es virtual y no se da el paso a una cita en la vida real. Es una vía de escape a la cotidianidad de una relación. “Muchas parejas se quejan de falta de comunicación con su pareja, mientras que en estas app pueden llegar a tener conversaciones fluidas vía chat desde el anonimato o desde el juego y la transgresión”, puntualiza.