Suecia se ha unido a Irlanda, Italia, Malta y Noruega y desde ayer prohíbe fumar en restaurantes, bares y cafeterías. «Aquellos que trabajan en pubs corren un riesgo entre dos y tres veces mayor de tener cáncer respecto al resto de la población», dijo el ministro de Salud Pública y Servicios Sociales, Morgan Johansson, para justificar la medida. El Gobierno del país estima que cerca de 500 suecos mueren cada año por ser fumadores pasivos, principalmente empleados de restaurantes.
La prohibición ha levantado pocas protestas en el país, donde una amplia mayoría aprueba la medida. En una reciente encuesta de opinión, un 80% de los interrogados, incluyendo dos tercios de fumadores, afirmó respaldar la nueva ley. Este apoyo no es de extrañar si se tiene en cuenta que Suecia presenta uno de los índices más bajos de fumadores del mundo: menos de un 20% de la población es adicta al tabaco.
No obstante, los suecos son grandes consumidores de un tipo de tabaco de mascar llamado «snus», prohibido en el resto de la Unión Europea (UE). Los fabricantes de «snus» prevén incrementar sus ventas debido a la prohibición de fumar. De hecho, muchos restaurantes han instalado refrigeradores especiales para conservar este producto.