En España una de cada cinco personas (19,6 %) ha utilizado tratamientos alternativos a la medicina convencional para cuidar su salud; la mayoría, de forma complementaria. Y dos millones (5,2 %) reconocen haber sustituido un tratamiento médico con una de estas terapias, con todos los riesgos que esto supone, según la ‘Encuesta de Percepción Social de la Ciencia’ (2018) de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt). Por eso, además de exponer más datos acerca de las terapias alternativas en España, en las siguientes líneas te damos las pistas para detectarlas y consejos de expertos para informarse de ellas.
Desconfía de estas terapias…
- Por su terminología. “Solución milagrosa”, “vale para todo”, “rápida curación”, “autosanación”, “a mí me funciona”, “transmite energía”, “sin efectos secundarios”, “detox”, “acompañamiento”… son expresiones (algunas parecen científicas) que deben hacerte sospechar de que estás ante una pseudoterapia.
- Si no lo ofrece la sanidad pública. No se contemplan en la Seguridad Social y suelen lucrar a quienes las ofrecen.
- Si ataca a la ciencia. Suelen denostar a la medicina y la investigación científica tratando de desacreditar sus avances infundiendo miedo y desconfianza en sus potenciales víctimas.
- De Internet y redes sociales. Son la mayor fuente de bulos en salud, según el Centro de Investigación Sociológicas (CIS), Fecyt y SaludsinBulos.
- Si confunde lo natural con lo terapéutico. “Algo no es más sano ni terapéutico porque sea de origen natural o se venda bajo ese reclamo, que además, infringe la normativa”, aclara Elena Campos, presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), refiriéndose al Real Decreto 1907/1996.
Imagen: Semevent
Consejos a pacientes y familiares
Actuar con prudencia y precaución. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) insisten en que antes de acudir a este tipo de pseudoterapias, se informen correctamente de su utilidad y eficacia. ¿Dónde? El médico o especialista (colegiados) en establecimientos legalmente habilitados (con número de registro sanitario) podrá comentarte acerca de los posibles riesgos o contraindicaciones, así como sobre los posibles beneficios que obtendría con su uso e interferencias con su tratamiento convencional y si presenta rigor científico.
“No debemos sentir vergüenza por confesar que estamos haciendo algunas terapias o que hemos consumido algo como complemento a nuestros tratamientos. Los médicos lo saben”, asegura Begoña Barragán, la presidenta de Gepac. “Y si no es posible hablar en la consulta, en las asociaciones de pacientes les podemos ayudar o contrastar con profesionales sanitarios y orientarles”, recuerda.
El CIS publicó en febrero de 2018 año su primer barómetro sobre las terapias alternativas en España. En él se ponen de manifiesto los siguientes datos:
- 18,8 % de los españoles prefieren el uso de terapias alternativas, frente a la medicina convencional, porque creen que esta última “no funciona”.
- 40 % de los encuestados explica que este tipo de terapias fue recetado en una clínica con personas relacionadas directamente con estas terapias.
- 63,7 % dice que se ha informado de ellas a través de amigos y conocidos.
- 30,8 % de quienes las utilizan lo hacen para tener una vida sana y equilibrada.
- 18,4 % reconoce haber recibido un tratamiento alternativo en un centro con profesionales de la medicina y la enfermería.
- 27,7 % de quienes recurren a ella lo hacen para curarse de enfermedades y dolencias para las que la medicina convencional no le funciona.