Las vacaciones de verano permiten disfrutar de unos días de relax y ocio en la playa, la montaña o la ciudad. Sea cual sea la elección, como en cada época estival, la Federación Española de Diabetes (FEDE) quiere recordar que las personas con diabetes siempre viajan con la patología en su maleta y, por eso, a pesar del reto que pueda suponer, durante estos días no deben dejarse de lado los buenos hábitos. De ahí que repasemos los cinco imprescindibles a los que hay que hacer sitio, sí o sí, en el equipaje.
Si durante el resto del año se ha hecho un importante esfuerzo para adoptar y mantener una serie de rutinas saludables, lo conseguido no debe tirarse por la borda durante las vacaciones. Los buenos hábitos contribuyen, en gran medida, al control de la diabetes y otros problemas derivados, y también a su prevención. De hecho, de acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes (IDF), hasta el 80 % de los casos de diabetes tipo 2 se podrían prevenir con la adopción de hábitos saludables.
No obstante, durante los días de asueto, el riesgo de bajar la guardia es muy elevado, ya que los cambios de horarios y rutinas llevan, muchas veces, a una toma de decisiones que no siempre son las más acertadas, lo que aumenta otro peligro: el de decantarse por opciones poco saludables fundamentalmente en alimentación. Para sobrellevar este tipo de situaciones, la planificación es una de las claves. Por eso, desde FEDE compartimos una propuesta de «kit para viajes saludables» que incluye lo siguiente:
1. Snacks naturales
El picoteo entre comidas puede convertirse en un reto para controlar el peso y la glucemia durante las vacaciones, en especial cuando está compuesto por productos con un alto contenido en grasas y azúcares, como patatas fritas o galletas y otros ultraprocesados repletos de «calorías vacías», aquellas que aportan gran cantidad de energía y pocos nutrientes. Para evitar estas tentaciones, conviene llevar en la mochila estos snacks naturales para tomar a media mañana o en la merienda:
- Fruta fresca. La sandía, las fresas o la manzana aportan vitaminas y agua, lo que favorece la hidratación del organismo. Se recomienda consumir la fruta entera, aunque también se puede preparar en batidos y zumos manteniendo la pulpa, para conservar su contenido en fibra.
- Frutos secos. Almendras, nueces y pistachos son opciones muy saludables, sobre todo si se comen al natural y en pequeñas raciones. Ricos en grasas saludables, tienen efectos beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Verduras y hortalizas en crudo o en conserva. La zanahoria o el apio en tiras, o los pepinillos, resultan una alternativa sana. Y se pueden acompañar con crema de yogur o hummus, si se quiere preparar un picoteo algo más especial.
2. Agua, siempre a mano
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos recomienda consumir entre 2 y 2,5 litros de líquidos diarios, una cantidad que debe ajustarse en función de distintos factores, como las condiciones ambientales o la práctica de ejercicio físico, que incementa la necesidad de hidratación.
Para lograr este objetivo, el agua debe ser nuestra aliada, por lo que se aconseja llevar siempre una botella, si es posible de material no desechable, para contribuir al cuidado del medio ambiente. Existe una gran variedad de opciones, como las cantimploras que permiten mantener el agua fría o, si se viaja en grupo, se puede portar una mochila con un depósito de agua, que dejará transportar varios litros en su interior.
3. Calzado deportivo
El ejercicio físico debe estar siempre presente en la rutina semanal, hasta en los viajes. Y para estar preparados siempre, tanto si es para dar un paseo por la ciudad, como para hacer marcha por el campo, es importante llevar siempre en la maleta calzado deportivo y cómodo para la práctica de ejercicio.
Un reto saludable para este verano puede ser, por ejemplo, pasear media hora todos los días o practicar deporte al aire libre. Para ello, además de calzado y ropa cómoda, se puede llevar una pelota o paletas de playa, que ayuden a evitar el sedentarismo, que pasa factura a nuestra salud.
4. Protección para la piel
En la mochila siempre debe haber sitio para un protector solar, de factor SPF30 o superior, para evitar quemaduras y manchas solares. Este se tiene que aplicar cada 2 horas o después del baño. Otros grandes aliados para protegerse son los gorros y gafas de sol.
Cuidar de la piel resulta especialmente importante para las personas con diabetes, que tienden a presentar un mayor riesgo de sufrir lesiones cutáneas. Por ello, también es recomendable contar con productos específicos para la limpieza y la hidratación de la piel, cuidando con especial atención las extremidades inferiores.
5. Aliados digitales
Además de los dispositivos habituales en el día a día de las personas con diabetes (glucómetro, tiras reactivas, sistema de monitorización de glucosa, etc.), en verano también se puede aprovechar el tiempo libre para probar nuevas aplicaciones móviles que pueden ayudar a gestionar la patología. Por ejemplo, las apps para el seguimiento de la práctica de ejercicio, como Fitbit o Google Fit, o para la gestión de la diabetes, como MySugr y gluQUO, que facilitan el registro de datos y la toma de decisiones.