Pastillas bronceadoras, ¿qué contienen?
Las pastillas para broncearse son suplementos dietéticos diseñados para mejorar el tono de la piel mediante la acumulación de ciertos pigmentos y nutrientes. Contienen principalmente carotenoides, como betacaroteno, cantaxantina y licopeno, presentes de forma natural en algunas frutas y verduras.
☀️ Betacaroteno, cantaxantina y licopeno
Estos pigmentos se depositan en la capa subcutánea de la capa grasa y confieren a la piel un tono más oscuro y uniforme.
- El betacaroteno, cuando se acumula en la piel en altas cantidades, puede conferirle un tono anaranjado. Además, en el hígado se convierte en vitamina A, un nutriente esencial para la salud.
- La cantaxantina proporciona a la piel un color anaranjado o marrón. Tiene propiedades antioxidantes, que pueden ayudar a proteger la piel del daño solar.
- El licopeno posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Se ha relacionado con una menor incidencia de quemaduras solares y algunos tipos de cáncer de piel.
☀️ L-tirosina
Además, las píldoras bronceadoras contienen L-tirosina, un aminoácido precursor de la melanina, el pigmento responsable del color de la piel, el cabello y los ojos. La melanina actúa como un escudo protector contra los rayos ultravioleta (UV) del sol. En teoría, tomar L-tirosina puede estimular la producción de melanina sin necesidad de exposición solar, aunque no hay evidencia científica suficiente para respaldar esta afirmación.
Además, el consumo de L-tirosina en forma de suplemento puede ocasionar efectos secundarios, como náuseas, dolor de cabeza y mareos, e interactuar con otros medicamentos.
¿Son seguras las pastillas bronceadoras?
La mayoría de las veces, las pastillas bronceadoras son seguras y efectivas si se usan de forma adecuada. Sin embargo, es importante recordar que no reemplazan el uso de las cremas fotoprotectoras; más bien, complementan una exposición solar moderada y segura.
El consumo excesivo de carotenoides puede provocar carotenemia, caracterizada por una coloración anaranjada de la piel. Hay casos en los que se ha asociado con daño hepático, problemas de retina, urticaria y molestias digestivas como náuseas y diarrea.
Además, las pastillas bronceadoras pueden interactuar con ciertos medicamentos, por lo que es esencial consultar con un médico antes de comenzar a tomarlas, sobre todo si se tiene alguna patología o se está bajo tratamiento.
Si como muchas zanahorias, ¿me pondré moreno?
Consumir alimentos ricos en betacarotenos y licopenos no nos bronceará, pero sí ayudará a preparar la piel para una exposición al sol más saludable. Estos alimentos no solo hidratan la piel, sino que también aportan antioxidantes que protegen contra el daño oxidativo causado por los rayos UV, mejoran la elasticidad y el aspecto general de la piel y pueden reducir ligeramente los efectos nocivos de la exposición solar.
Los betacarotenos son abundantes en vegetales y frutas de color amarillo o naranja, como la zanahoria, la calabaza, la batata, los melocotones, el mango y los albaricoques. Por otro lado, el licopeno se encuentra en frutas y verduras de color rojo, como los pimientos, el tomate, la sandía y la guayaba. No olvidemos que, en ningún caso, darnos un atracón de estos alimentos nos protegerá del sol.
¿Qué riesgo tiene exponernos al sol?
La luz solar es necesaria para la síntesis de vitamina D, crucial para la salud ósea y el sistema inmunológico. No obstante, es fundamental una exposición moderada y responsable, siempre con cremas fotoprotectoras.
Estos son los riesgos de sobreexponernos sin protección solar:
🔴 Cáncer de piel
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la mitad de los tumores diagnosticados en todo el mundo son de cáncer cutáneo. En nuestro país, la incidencia de melanoma está al alza, según refleja la infografía sobre ‘Melanoma cutáneo en España‘, elaborada por la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
🔴 Envejecimiento prematuro de la piel
La radiación ultravioleta (UV) del sol acelera el proceso natural de envejecimiento de la piel, lo que causa arrugas, líneas finas, pérdida de elasticidad, manchas de la edad y pigmentación irregular.
🔴 Problemas oculares
La exposición prolongada al sol sin protección puede dañar los ojos, provocando cataratas, pterigión (crecimiento anormal de la conjuntiva) y degeneración macular.
🔴 Quemaduras solares
Son la consecuencia inmediata de una exposición excesiva al sol, caracterizadas por enrojecimiento, dolor, inflamación y, en casos severos, ampollas. Aunque suelen ser leves y sanar por sí solas, las quemaduras solares repetidas aumentan el riesgo de cáncer de piel.
Consejos para proteger nuestra piel
La Fundación Cáncer y Vida da estas recomendaciones para proteger la piel del sol:
- Limitar la exposición solar, sobre todo entre las 11:00 y las 15:00 horas.
- Usar gafas de sol y ropa protectora, como gorras y prendas de manga larga.
- Aplicar cremas fotoprotectoras con regularidad.
- Evitar el uso excesivo de cabinas de bronceado. Es más seguro optar por cremas autobronceadoras u otros productos alternativos.
Además de estos consejos, desde la AEDV añaden la necesidad de hidratarnos constantemente bebiendo agua y vigilar la evolución de cualquier lesión, lunar, mancha o peca que presente las características “A-B-C-D”: Asimetría, Bordes irregulares, Color diferente y Diámetro superior a seis milímetros.