Con ellas nos arrascamos o podemos defendernos y nos resultan muy útiles para deshacer un nudo, separar cita adhesiva o coger objetos pequeños como una aguja. Además de su función estética, las uñas protegen las puntas de los dedos y nos alertan de posibles problemas de salud, desde déficit de vitaminas a patologías pulmonares, por ejemplo. Entonces, ¿por qué hay personas que tienen la mala costumbre de morderse y hasta comerse las uñas? En las siguientes líneas te contamos qué es la onicofagia, las causas y los trucos para evitar esta manía.
Qué es la onicofagia
La onicofagia significa literalmente “comerse las uñas”; el término procede de la unión de las raíces griegas onico (uña) y fagia (comer). Pero también figura como el nombre científico de la costumbre de morderse las uñas, preferentemente de los dedos de las manos. En ocasiones incluye la ingesta de la cutícula de la piel vecina: los padrastros.
Como síntoma de hiperactivación emocional, este trastorno del espectro obsesivo-compulsivo puede expresarse de otras formas. Así pueden darse otros trastornos o conductas compulsivas como morder objetos, tricotilomanía y tricofagia (arrancarse pelo y comérselo), mucomanía (comerse secreciones o mocos) o tener conductas de rascado.
Esta manía es más frecuente en los niños: la tiene un 30 % de los menores entre 7 y 10 años y puede llegar a estar presente en el 45 % de los adolescentes. Ya en adultos, el porcentaje cae al 10 %.
¿Qué consecuencias tiene para la salud morderse las uñas? Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el continuo mordisqueo puede alterar la forma de los dientes (desgaste de incisivos o mala oclusión de los dientes anteriores) y de los dedos, favorece las caries y afecta al crecimiento de las uñas. Por la onicofagia se crean microtraumatismos que alteran la anatomía del lecho ungueal, la parte que se encuentra debajo de las uñas. También se producen pequeñas heridas a su alrededor, que hacen que el dedo se inflame y duela. Y no faltan las infecciones parasitarias intestinales o virus y hongos que se trasladan de la uña a la boca y de ahí al sistema digestivo.
Pero también repercute en la salud psicológica. Como detalla, Mª Victoria Sánchez, directora de GrupoLaberinto – Psicoterapia para la Salud, “a algunas personas les puede generar vergüenza o sentirse expuestos, lo que puede provocar inseguridad. Y puede darse el caso de ser señalados o atacados por este motivo”. Esto puede fomentar el aislamiento social como forma de protegerse evitando determinadas situaciones. En otras personas, predomina más el sentimiento de impotencia de no poder controlarlo, pero también miedo o ansiedad y estrés por la reacción de los adultos, sobre todo figuras de apego. La experta destaca que puede perjudicar a la autoestima, generando más vulnerabilidad respecto a las opiniones o valoraciones de los demás. Y pone como ejemplo cuando los adultos regañan constantemente o hacen comentarios negativos “contrólate ya”, “da asco mirarte”, “no tienes ningún motivo para estar nervioso, tienes todo lo que quieres”, “eres un flojo”, etc.
Por qué nos mordemos las uñas
Como explica la psicóloga del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, morderse las uñas es una reacción que suele activarse en situaciones de estrés o ansiedad. “Puede tener la intención, aunque no se haga voluntariamente, de calmar el sistema nervioso”, detalla.
Pero también reconoce que muchas veces la onicofagia es una respuesta automática que ocurre sin que la persona tenga conciencia de su nivel de estrés o ni siquiera de la acción de mordérselas; ocurre viendo una película, jugando a videojuegos, leyendo un libro…
Otras causas pueden ser miedo, frustración, autoexigencia… Puede surgir a raíz de problemas económicos o de pareja, por ejemplo.
Imagen: Carola68
¿Hay algún perfil de persona es más proclive a sufrir onicofagia? Sánchez asegura que este hábito compulsivo se da en personas con un estado mental habitual de hiperactivación emocional/fisiológica y/o con pocas estrategias de regulación emocional. De ahí que se presente en todos los rangos de edad, pero sobre todo en niños y adolescentes, donde a raíz de la pandemia se han incrementado de manera significativa las psicopatologías, incluyendo síntomas variados como la onicofagia. También hay expertos que sostienen que los hijos de padres que sufren algún tipo de trastorno mental son más propensos a padecerla.
Consejos y trucos para evitar esta manía
Para prevenir la aparición de síntomas psicológicos como morderse las uñas, debemos potenciar el autocuidado, recuerda la psicóloga. Seguir una alimentación saludable y llevar a la práctica pautas de sueño reparador son medidas fundamentales. La actividad física varios días a la semana y el contacto social son grandes reguladores, al igual que el contacto con la naturaleza. “Respecto a los menores esto es fundamental para revertir la pandemia de problemas de salud mental actual”, apunta Mª Victoria Sánchez.
Pero una vez que hemos sucumbido a la onicofagia, ¿qué hacer para dejar esta mala costumbre? Además de los trucos que podemos utilizar si mi niño se muerde las uñas, hay otros consejos más específicos para adolescentes, jóvenes y adultos:
✅ Conocerse bien
Para acabar con esta manía, resulta de gran ayuda conocernos. Para la psicóloga consultada, es vital saber “cuáles son nuestros disparadores, las señales de que estoy entrando en hiperactivación y utilizar algún recurso”. El proceso sería: darme cuenta de que iba a morderse las uñas, analizar cuál es mi estado mental y utilizar algún recurso de regulación emocional.
Uno de ellos es centrar la atención en la respiración, “pero si no estoy entrenado en ello y solo lo uso en momentos de crisis, el resultado es mucho menor”, comenta.
✅ Utilizar barreras
Tiritas o un vendaje con esparadrapo en la zona distal de los dedos dificulta morderse las uñas. Lo mismo ocurre con el uso de guantes en invierno o mascarilla en este tiempo de pandemia. Son trucos “beneficiosos en la medida en que la persona toma conciencia del inicio de la conducta”, señala Sánchez.
✅ Tener las manos siempre ocupadas
¿Cómo no morderse las uñas? Un boli, una pelotita, las llaves, el móvil… Tener en la mano siempre un objeto puede ayudarte a no caer tanto en la tentación, pero podría derivar en otros problemas.
✅ Mascar chicles o regaliz
En vez de llevarte la mano a boca para morderte las uñas o fumar, ¿por qué no algo que te agrade más como chicles o regaliz? Evitarás hacerlo, pero puede generarte problemas mandibulares, alterar la alimentación.
✅ Ponerse uñas postizas
Puedes llevar siempre contigo una lima para arreglarte las uñas rotas y que así no tengas que mordértelas, pero otro truco algo más caro es ponerte uñas postizas, ya sean acrílicas, de gel, de porcelana o esculpidas. Así evitarás darles un mordisco y dejarás que crezcan.
✅ ¿Productos sobre las uñas?
No es habitual utilizar tratamiento farmacológico como solución para dejar de morderse las uñas. Más frecuente es usar algún esmalte o producto con sabor amargo sobre las uñas para que, al morderlas, resulte desagradable y se abandone el hábito. Estos preparados pueden adquirirse en farmacias, aunque también entra en la línea de los remedios populares como puede ser frotarse con vinagre, zumo de limón, ajo o aloe vera. Se reducirá el problema, “pero el síntoma buscará otra manera de expresarse, con lo que estaríamos cambiando uno por otro”, advierte la psicóloga.
✅ Técnicas de autorregulación emocional
Una evaluación psicológica permitirá detectar los factores relacionados con el origen y mantenimiento del síntoma. Para ello entre los métodos más frecuentes en psicología, se emplean unas plantillas en las que las personas en tratamiento anotan los momentos exactos en los que se muerden las uñas y su frecuencia.
Esto servirá “para abordarlos en paralelo a ayudar a la persona a desarrollar recursos de autorregulación emocional, de forma complementaria a estrategias de co-regulación en las que contamos con otras personas que nos ayudan”, describe Sánchez. Y es que personas de confianza pueden detenernos en nuestra acción. Eso sí, “lo que seguro no sirve es presionar, castigar, regañar, amenazar, humillar… o dejar solo a un niño desregulado. Esto lo empeorará en todo caso”, alerta.
Así que podemos utilizar técnicas de autorregulación en un momento concreto, “si bien lo más eficaz es cuidar la salud mental en general, no solo en momentos de estrés”, afirma la experta. Algunos recursos, según el contexto, son: música bilateralizada instrumental que sirve para la regulación emocional, técnicas de respiración y relajación, el escaneo corporal, ejercicios para soltar tensión, estiramientos, descarga física a través del baile o ejercicio, cantar, escribir, pintar, dibujar…
✅ Otros tips para dejar de morderse las uñas
- Colocarse recordatorios en las manos, como un anillo en un sitio no habitual.
- Cuidar uñas y manos (hacerse la manicura, hidratarlas o esmaltarlas) y mostrarlas a los demás.
- Cuanto se tengan las uñas idóneas, hacerlas una foto y dejarla en un sitio visible para motivar e intentar no caer de nuevo en la tentación.