Un 20% de los españoles con enfermedad arterial periférica, conocida también como la «enfermedad del escaparate», está sin diagnosticar. Por ello, y con el fin de detectar tempranamente esta patología y mejorar su abordaje, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV) han elaborado el primer documento de consenso para profesionales.
Esta enfermedad está aún «muy infradiagnosticada» a consecuencia de que, en general, se presenta de forma asintomática, admitió el presidente de la SEACV, el profesor Francisco Lozano. El representante de la semFYC, el doctor Santiago Díaz, explicó que una de las principales misiones es diagnosticar de forma precoz la patología. «Es un reto porque la ausencia de síntomas no es sinónimo de que la enfermedad no sea grave. No es fácil porque la enfermedad se establece de manera lenta y hablamos además de pacientes que tienen poca actividad física o con otra patología que les restringe la movilidad», precisó. «Pero no podemos esperar. Sabemos que preguntar activamente por el síntoma a un paciente que viene por otro motivo nos puede facilitar el diagnóstico», añadió.
Lozano denunció que «la inexistencia de datos epidemiológicos y de comorbilidad exactos hace que las autoridades sanitarias ignoren la realidad y el coste económico, social y laboral asociado, lo que repercute de manera directa sobre la falta de eficacia de la planificación sanitaria en relación al manejo de esta patología». En este sentido, el profesor insistió en que el manual tiene que centrarse en impulsar la colaboración con las sociedades y en asumir «el reto de compatibilizar la escasez de recursos con las necesidades de todo tipo a que tienen derecho los pacientes vasculares».
La guía incluye consensos para el manejo del pie diabético y la insuficiencia venosa crónica. Se admite que, aunque la patología vascular ocupa un lugar muy destacado, la coordinación entre médicos de Atención Primaria y especialistas en Angiología y Cirugía Vascular no ha sido en España la deseable. Esta patología, cuya incidencia va en aumento por el progresivo envejecimiento de la población, recibe el nombre de la «enfermedad de los escaparates» a consecuencia de la necesidad de pararse tras andar grandes distancias. Después, con el tiempo, aumentan las arterias obstruidas y progresivamente dichas distancias se acortan y el paciente puede sentir dolor incluso en reposo. A partir de entonces, el enfermo desarrolla lesiones isquémicas en forma de gangrena que pueden precisar la amputación de la extremidad.
La enfermedad arterial periférica afecta al 5% de la población entre los 50 y los 70 años y su prevalencia es superior al 10% en mayores de 70 años. En España padecen esta patología unas 900.000 personas.