La bacteria «Helicobacter pylori» es la principal causa de la aparición de úlceras gastroduodenales y de cáncer gástrico, pero hasta ahora no se había podido determinar cómo invadía las células de las paredes del estómago. Un equipo de investigadores italianos y estadounidenses, coordinados por el profesor Manuel Amieva de la Universidad de Standford, ha conseguido desvelar el mecanismo molecular por el cual esta bacteria debilita los puntos de unión de las células situadas en la pared del estómago. Este descubrimiento supone un paso más hacia el desarrollo de una vacuna contra las mencionadas enfermedades.
Los investigadores han seguido minuciosamente este proceso que se inicia en el momento en que la bacteria se adhiere a esas células y comienza a inyectarles una proteína denominada «CagA», que produce una ruptura celular. Este proceso origina cambios en la forma de la célula, así como un debilitamiento en su impermeabilidad, irritación y la aparición de heridas.
Cientos de millones de bacterias «H. pylori», capaces de sobrevivir en un entorno extremadamente ácido, invaden las paredes gástricas contribuyendo a la aparición de úlcera péptica y cáncer gástrico. Las cepas más virulentas de este microorganismo tienen la citada proteína, que fue aislada a principios de año por un equipo multidisciplinar de investigadores japoneses. El año pasado, otro equipo de científicos de la Universidad de Washington publicaba las conclusiones de un trabajo en el que se arrojaba luz sobre la capacidad de la bacteria para ajustar su adherencia en la pared gástrica, que hace que pueda permanecer allí durante varios años.
La infección tiene lugar mediante un inteligente proceso de engaño por parte de la bacteria, ya que favorece una inflamación moderada. En ese momento, las células de la pared del estómago producen una molécula de hidrato de carbono específico que se expresa en su superficie y sirve de señuelo para que acudan las células inmunitarias. En ese instante aumenta el proceso infeccioso. Estos científicos subrayaron entonces la necesidad de abundar en la relación que existe entre la «H. pylori» y el huésped que es, precisamente, la base del trabajo coordinado por Amieva.
Aproximadamente la mitad de la población mundial es portadora de esta bacteria patógena, una de las más comunes entre los humanos y que se puede combatir con un tratamiento en el que figuren dos antibióticos y un antisecretor. Se estima que, al menos, hay 370 cepas diferentes de la «H. pylori», que proceden de otras ancestrales que surgieron en el continente africano, así como en Asia.