Un estudio confirma la importancia de la psicoterapia para conseguir una abstinencia prolongada al tabaco

El 50% de los que quieren dejar de fumar sin ningún tipo de ayuda no supera los tres días de abstinencia
Por EROSKI Consumer 27 de enero de 2003

Los métodos para dejar de fumar son casi tantos como fumadores hay. De hecho, el método que más predomina es el de dejar de fumar «a pelo». Sin embargo, el 50% de los que lo intentan por las bravas no supera los tres días de abstinencia, tres días con trastornos del carácter y sufrimiento derivado del síndrome de abstinencia de una sustancia, la nicotina, cuyo poder de adicción es más fuerte que el de la heroína. Pero más allá, apenas hay estudios que demuestren qué pasa ni cuál es el método que garantiza una abstinencia mayor y satisfactoria.

El Instituto Cántabro de Conductas Adictivas (ICCA) está llevando un seguimiento de los pacientes que intentan desengancharse del tabaco y en especial de aquellos que lo han logrado. Aunque el estudio se pretende prolongarlo durante tres años, al primer año de cumplimiento ya se obtienen unos resultados contrastables que arrojan como conclusión que el mejor método es aquél que aúna medicación y acompañamiento psicológico y de manera prolongada e intensa.

Sólo así, asegura el farmacólogo José María Fuentes-Pila, del ICCA, puede conseguirse que el 70% de los ex fumadores siga manteniéndose al margen del tabaco un año después y de una manera tranquila y confortable.

Fármacos primero

A grandes rasgos, la adicción tabáquica se aborda en primera instancia con farmacoterapia para evitar la abstinencia -«se puede dejar de fumar, pasa y se consigue»- y una psicoterapia prolongada en el tiempo con más de una veintena de consultas para que el paciente vaya aprendiendo a resolver los conflictos que vayan surgiendo y, por lo tanto, mantener su abstinencia. «Es demencial pensar que el síndrome de abstinencia hay que sufrirlo o que viene bien para frenar la adicción -afirma Fuentes-Pila-. Hay que abordar la abstinencia con farmacoterapia para dar confortabilidad».

La prolongación del tratamiento psicológico es clave para la obtención de un buen resultado, señala otro miembro del ICCA, Pedro Calatayud. «Si para tratar a un heroinómano -comenta- se requiere un tratamiento largo, nadie tiene que extrañarse que para el tabaco también. La garantía del éxito es el acompañamiento terapéutico, que requiere su tiempo».

Y el paciente responde. Sobre los dos centenares de personas que conforman el universo de su estudio y una media de 23 visitas, el 84% no se ha saltado ni una sesión, duplicando en la práctica el porcentaje de ex fumadores que al año siguen apartados del tabaco sin vivir un calvario. «Hace cinco años se pensaba si una carga psicoterapéutica intensa sería demasiado. Hoy creemos que a cuanto más carga psicoterapéutica, a más sesiones, más éxito y nivel de satisfacción de los pacientes», concluye Fuentes-Pila.

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