Las personas estresadas tienen entre 2 y 4 veces más riesgo de acatarrarse, según el estudio del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela.
Los profesores responsables del proyecto, Bahi Takkouche, Juan Gestal-Otero y Carlos Regueira Méndez, presentaron ayer las conclusiones del trabajo en el que se analizaron, en una población de 5.000 personas, los orígenes y efectos de los catarros y resfriados.
Los datos extraídos, publicados en la revista estadounidense Epidemiology, demuestran que tanto el estrés ocasionado por problemas objetivos (de tipo económico, laboral o familiar) como el de carácter subjetivo (un estado de ánimo negativo) son claros factores de riesgo de catarro. Además de esta conclusión, los autores del trabajo centran su investigación en averiguar hasta qué punto el consumo de vitamina C y zinc favorecen la prevención del catarro o resfriado. Al contrario de lo que habitualmente de cree, el estudio determina que la presencia de vitamina C en la dieta habitual de una persona «carece de efecto preventivo del catarro».
La investigación tiene también un apartado abierto todavía y centrado en los efectos del alcohol. A la espera de publicarse los resultados en una revista científica, los autores del proyecto apuntaron que ingerir dos vasos de vino al día, preferiblemente tinto, de cerveza o licores tiene un ligero efecto protector ante el resfriado.