De todos es sabido que la pobreza es un riesgo para padecer numerosas enfermedades. Sin embargo, hasta ahora no se había determinado a ciencia cierta la relación entre el asma infantil y la falta de recursos. Una investigación del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) de Barcelona coincide con estudios previos realizados en el Reino Unido en que la prevalencia de esta enfermedad respiratoria es mayor en los barrios más pobres. El Estudio sobre la Salud Respiratoria en la Infancia (SARI) ha encontrado que los niños que viven en barrios de nivel socioeconómico bajo tienen un riesgo superior de padecer síntomas de asma y también de que estos problemas sean más graves.
El SARI es la única investigación sobre asma infantil de base poblacional realizada en España. En ella han participado un total de 10.821 alumnos, entre 7 y 8 años, de 356 colegios de primaria de Barcelona y Sabadell. Como ejemplo, el trabajo constata que los síntomas de asma aparecen sólo en el 6% de los niños que residen en los distritos de Sarriá-Sant Gervasi y Les Corts de Barcelona, los de mayor nivel de renta de la ciudad; mientras que este porcentaje se eleva hasta el 12% en los barrios más deprimidos del distrito barcelonés de Ciutat Vella o del municipio industrial de Sabadell.
El coordinador del estudio, el doctor Enric Durán, recuerda que al nivel socioeconómico se deben sumar otras circunstancias como son un nivel alto de contaminación atmosférica, las condiciones higiénicas domésticas, la dieta o los hábitos de los progenitores. De hecho, si los padres son fumadores existe un 15% más de posibilidades de que el niño tenga dificultades respiratorias.
Infradiagnóstico
Otro de los datos más llamativos que arroja la investigación es el infradiagnóstico de la enfermedad. Casi un 30% de los niños encuestados manifestaron haber tenido sibilancias -un silbido agudo producido por el paso del aire al fluir por conductos respiratorios obstruidos- alguna vez en su vida. También más del 10% había tenido síntomas relacionados con el asma, pero tan sólo el 7% de ellos había sido diagnosticado por su médico como asmático.
Durán subraya que estos datos demuestran que existe una población de niños importante que, pese a tener una historia clínica de asma e incluso haber tomado en ocasiones medicación para combatir sus síntomas, no se les ha dicho que tienen esta enfermedad crónica. El diagnóstico precoz del asma es importante porque, si no se prescribe el tratamiento adecuado a tiempo, la enfermedad puede interferir en el desarrollo pulmonar de los pequeños durante la infancia y la adolescencia.
Contaminación
En el esfuerzo por intentar aclarar el aumento que el asma está experimentando en las poblaciones desarrolladas, otras investigaciones han demostrado el papel de la contaminación en la inducción de las enfermedades respiratorias infantiles. Hasta la fecha, se sabía que la polución podía exacerbar los síntomas, pero no provocarlos. Dos estudios publicados la semana pasada en el «European Respiratory Journal» confirman claramente que la polución provocada por el tráfico puede ocasionar más asma, rinitis alérgicas y tos seca, tras estudiar a 315.000 niños en Taiwán y Alemania.