Las mujeres españolas disponen de un nuevo método anticonceptivo de larga duración que, además de ser altamente eficaz para prevenir un embarazo, disminuye el sangrado en las reglas, hasta el punto de que en la mitad de los casos la menstruación llega a desaparecer durante el tiempo en que el dispositivo está alojado en el útero. Se trata de un DIU o dispositivo intrauterino que libera una hormona llamada levonorgestrel y que se comercializa en nuestro país desde hace tan sólo unos meses a un precio de 28.043 pesetas.
El DIU de levonorgestrel es algo más que un mero método para evitar la fecundación. En realidad, es un fármaco, ya que contiene una hormona, y esto lo diferencia del tradicional, que lleva cobre, un metal con efecto anticonceptivo. El sistema contiene un depósito que libera cantidades mínimas de levonorgestrel -20 microgramos diarios-, un gestágeno con el que se elaboran otros medicamentos de uso ginecológico, como la famosa píldora del día después.
«La hormona actúa localmente sobre el endometrio, la capa interna del útero, y por mecanismos aún no explicados del todo impide que los espermatozoides alcancen el óvulo», explica Francisca Martínez, presidenta de la Sociedad Española de Contracepción. Esa acción directa del levonorgestrel sobre el endometrio reduce además la cantidad de sangre en las menstruaciones, lo que se traduce en menos días de regla y en menores pérdidas de sangre.»Al cabo de un año, el 50% de las mujeres ya no tiene la menstruación», explica la ginecóloga del Instituto Dexeus de Barcelona, que cuenta con una amplia experiencia en la utilización de este dispositivo intrauterino. A pesar de que hasta hace unos meses no se vendía en España, algunos ginecólogos lo adquirían en otros países, como Francia, para implantarlos a sus pacientes.
Ese efecto regulador que puede llegar a anular la regla mientras el DIU permanece en la matriz es, para Martínez, una de sus principales ventajas. «Para las mujeres que pierden mucha sangre, que están hartas de tantos días de regla, es una liberación», asegura la presidenta de la sociedad científica, convencida de que este dispositivo intrauterino es el más eficaz método anticonceptivo reversible. «La mujer recupera la regla y la capacidad para quedarse embarazada al mes de que le sea retirado este DIU», explica Martínez antes de resaltar sus otras múltiples ventajas: «El implante es para cinco años, los ovarios de la mujer funcionan con normalidad, aunque no tengan la regla, y no tiene consecuencias negativas para la salud».
No todos los ginecólogos se muestran favorables. José Gurrea, de la Clínica Euskalduna de Bilbao, es muy reticente, en general, a los métodos anticonceptivos que sólo contienen gestágenos. «No controlan el ciclo femenino, a veces eliminan la regla, otras no, y nunca sabes con antelación cómo va a comportarse en cada paciente», argumenta. En su opinión, el DIU de levonorgestrel convierte al ciclo femenino en algo «caprichoso e imprevisible, algo engorroso para cualquier mujer occidental. Además, incluso las que pierden la regla sangran a veces, y eso preocupa porque siempre se asocia esas pérdidas inesperadas a quistes, a problemas», añade Gurrea, que no recomienda el método a sus pacientes «porque no me fío de él».
El ginecólogo pone dos objeciones a este anticonceptivo hormonal: su precio y su tamaño. Su precio resulta bastante más caro que las menos de cinco mil de los tradicionales, y al ser mayor que éstos requiere de anestesia local para dilatar el cuello de útero y permitir su inserción en la matriz. «Colocar el DIU de siempre a una mujer supone un acto simple que se hace en la consulta, mientras que con el nuevo ese acto se convierte en algo casi prequirúrgico y más doloroso. Y lo mismo ocurre cuando vas a retirarlo», explica.
Otro ginecólogo, Martínez-Astorquiza, destaca la eficacia del nuevo sistema para evitar el embarazo -«equiparable a la ligadura de trompas»-, pero sólo en mujeres que hayan tenido hijos y padezcan alteraciones en su ciclo menstrual o en el útero. «El DIU de levonorgestrel es, además de un método anticonceptivo, un fármaco, y por eso las pacientes deben estar muy bien seleccionadas», señala Martínez-Astorquiza, secretario de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia. «El DIU clásico es un buen método para muchas mujeres, que no necesitan del nuevo», subraya.