El caso de las dos niñas valencianas -de 14 y 15 años- que sufrieron reacciones adversas a la vacuna contra el virus del papiloma humano mantiene en jaque a las autoridades sanitarias, que no logran dar con una explicación a lo que les sucede. Ayer mismo, ambas regresaron a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico de Valencia, donde llevan ya un mes ingresadas, tras presentar nuevas convulsiones.
El desconcierto es tal -las menores han ido de su habitación a la UCI y de la UCI a planta hasta en cinco ocasiones- que el Ministerio de Sanidad ha anunciado la puesta en marcha urgente de un panel de expertos, integrado por especialistas del propio departamento ministerial, de la Comunidad Valenciana y de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), para poder arrojar luz sobre el asunto.
Este grupo de expertos estudiará todas las posibles causas, también ajenas, que están pudiendo incidir en la situación actual de las afectadas, así como todo lo relacionado con la vacunación y la sintomatología de las niñas. También investigarán si hay alguna relación causa-efecto.
El consejero valenciano de Sanidad, Manuel Cervera, explicó ayer que a las afectadas se les ha hecho «todo tipo de exploración, resonancia, TAC, análisis y estudios biológicos» cuyos resultados están siendo enviados a la AEMPS, ya que es el órgano que se encarga de canalizar cualquier incidencia respecto a la vacuna, de la marca Gardasil.
Hasta ahora, dos neurólogos han intentado saber qué está ocurriendo con estas dos jóvenes y, además, la familia ha hecho reiterados llamamientos a la comunidad científica para que aporten cualquier información que pueda resultar de utilidad a los médicos que las están tratando con el único fin de que puedan volver cuanto antes a sus casas.
La Consejería de Sanidad confirmó además que se ha contactado con el equipo de Neuropediatría del Hospital San Juan de Dios de Barcelona para pedir una segunda opinión. Las familias de las niñas, por su parte, han hecho reiterados llamamientos a la comunidad científica para que aporten cualquier información que pueda resultar de utilidad a los médicos que las están tratando con el único fin de que puedan volver cuanto antes a sus casas.
El caso se remonta al pasado 4 de febrero, cuando Raquel, de 14 años, ingresaba en el Hospital Clínico de Valencia, tras recibir la segunda dosis de la vacuna.
Dos días después ingresó en el mismo centro sanitario Carla, de 15 años, quien también perdió el conocimiento tras recibir una segunda dosis. Cada una vive en un extremo de la ciudad y estudian en centros diferentes. El único nexo de unión entre ambas es que habían recibido una dosis del lote NH52670 de la vacuna «Gardasil.
Menos vacunaciones
El 16 de febrero se reanudaron las vacunaciones en la Comunidad Valenciana tras varios días interrumpidas por la retirada del citado lote. Desde entonces y hasta el pasado miércoles, 4 de marzo, sólo se ha administrado el fármaco a 1.111 niñas de 14 años, según los datos de la Consejería valenciana. Este resultado arroja una media diaria de 65,3 menores al día.
En la primera semana desde la reanudación fueron 381 las menores a las que se administró «Gardasil». En los siete días posteriores la cifra pasó a 475 y, entre el lunes y el miércoles de esta semana, se han registrado 255.
Este resultado contrasta con las 15.000 inoculaciones del medicamento que se habían realizado antes de la aparición de los dos casos de reacciones adversas.