Diversas sociedades científicas han puesto en marcha un proyecto pionero de estrategias en salud renal que pretende mejorar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de la insuficiencia renal, que afecta a casi uno de cada diez ciudadanos en España.
Alrededor de cinco millones de españoles, aproximadamente el 12% de la población, desconocen que padecen una disfunción renal. En la inmensa mayoría de los casos los problemas suelen ser de carácter leve, ya que el estadio de la enfermedad no está muy avanzado, como pueden ser las infecciones urinarias y los cólicos renales. No obstante, a veces, cuando la patología se complica, este desconocimiento conlleva un riesgo importante de desarrollar lesiones cardiovasculares o llegar hacia la fase en la que es imprescindible la diálisis o el trasplante de riñón.
El presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), Alberto Martínez-Castelao, indicó que el alto porcentaje de insuficiencias renales ocultas, aunque sean de carácter moderado, hacen necesario reforzar los mecanismos médicos para mejorar el diagnóstico precoz. De ahí la puesta en marcha del citado proyecto.
Riñones dañados
Esta iniciativa persigue reducir la prevalencia de enfermos renales en los próximos años. Según un estudio de la SEN, en base a las patologías diagnosticadas, el 9,2% de la población adulta padece enfermedad renal crónica (ERC), en la que se incluye el 6,8% de pacientes que sufre insuficiencia renal crónica y ha perdido ya más de la mitad de la función renal.
La ERC se produce cuando los riñones están dañados y no pueden realizar sus funciones tan bien como debieran. Las causas más frecuentes de ERC son la hipertensión, la diabetes y las enfermedades del corazón, aunque también puede darse a causa de infecciones o bloqueos urinarios.
La insuficiencia renal crónica es una pérdida de la capacidad de los riñones para eliminar desechos y concentrar la orina. Puede oscilar desde una disfunción leve hasta una insuficiencia renal severa, y puede llevar a una insuficiencia en estado terminal. Esta patología se desarrolla a lo largo de muchos años, a medida que las estructuras internas del riñón se van dañando lentamente. En España, según datos de la SEN, el índice de mortalidad por enfermedad renal alcanza el 14% entre el colectivo de afectados.