La clínica «Fertility Institutes» de Los Ángeles (Estados Unidos) se ha convertido en la primera del mundo que ofrece a los futuros padres elegir las características físicas de sus hijos. La técnica utilizada es el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), la misma que sirve para seleccionar embriones sanos antes de ser transferidos al útero materno con el fin de evitar enfermedades o malformaciones hereditarias.
En este caso, el DGP se emplearía con fines puramente estéticos, lo que ha levantado polémica en Estados Unidos. Así, los expertos de la citada clínica localizarían en los embriones algunas alteraciones genéticas conocidas relacionadas con los pigmentos de la piel, el color del pelo o de los ojos.
Los responsables del centro aseguran que hay media docena de parejas que están interesadas en elegir cómo será su bebé
Los responsables del centro aseguran que hay media docena de parejas que están interesadas en elegir cómo será su bebé. Además de asegurarse que sus futuros hijos estén sanos podrán conseguir, con un 80% de posibilidades de acierto, que tengan un determinado color de ojos o de pelo.
Maniobra publicitaria
Sin embargo, algunos especialistas afirman que lo que anuncia «Fertility Institutes» es más una maniobra publicitaria que otra cosa. «No es técnicamente posible. El color de la piel o el del pelo y otros rasgos no están regulados por un único gen», asegura Carlos Simón, director científico del Instituto Valenciano de Fertilidad.
Augusto Silva, responsable de la Dirección General de Terapias Avanzadas, afirma también que las posibilidades de éxito son pocas y escasas, pero no descarta que en el futuro se puedan traer al mundo niños con un determinado color de pelo.
En Estados Unidos existe un vacío legal que permitiría a «Fertility Institutes» seleccionar embriones por cuestiones estéticas
«No es ciencia ficción. La biomedicina avanza a pasos agigantados. En los próximos años sabremos mucho más y conoceremos más genes asociados a un rasgo físico o relacionado con el desarrollo del sistema cerebral y la inteligencia», explica Silva, que recuerda que los genes no son lo único que cuentan. «El mismo embrión gestado en dos madres distintas, puede tener un desarrollo muy diferente. Importa el ambiente, lo que nos rodea, lo que comemos, etc».
La clínica, no obstante, insiste en que su iniciativa viene respaldada por un reciente estudio presentado en la Sociedad Americana de Genética Humana. Según este trabajo, el ADN disponible en una célula embrionaria se puede amplificar para estudiar algunas características estéticas. Pero, a diferencia de lo que ocurre con la prevención de enfermedades graves, en este caso los resultados no son al cien por cien fiables.
Actualmente, en Estados Unidos existe un vacío legal que permitiría a «Fertility Institutes» seleccionar embriones por cuestiones estéticas, lo mismo que ya se puede elegir a los donantes de óvulo y esperma por sus características físicas y capacidad intelectual.
En España el diagnóstico genético de embriones se utiliza con fines exclusivamente médicos. Esta técnica es capaz de cortar de raíz la transmisión de enfermedades familiares, evitar el nacimiento de niños con anomalías y ayudar a encontrar al donante adecuado.
Entre las personas que se pueden beneficiar de esta técnica se encuentran las mujeres con abortos de repetición por problemas de implantación. Los abortos pueden estar relacionados con alteraciones cromosómicas del embrión. Al analizar los embriones se implantan los que más posibilidades tienen de prosperar en el útero.
El DGP puede también evitar el riesgo de tener niños con síndrome de Down en el caso de mujeres de edad avanzada, así como la transmisión de enfermedades ligadas al cromosoma X como la hemofilia o la distrofia muscular; enfermedades monogénicas (fibrosis quística o la enfermedad de Marfan), y algunos cánceres (mama o colon).