Alrededor de 50 expedientes médicos de carácter privado han aparecido esparcidos en «Hierros As Arrerías», una chatarrería situada a las afueras de Lugo. Los documentos fueron encontrados por un vecino de la ciudad entre diverso material médico desechado y que debía ser destruido. Esta persona, que llevó los informes a una emisora de radio local, dijo que se encontraban tirados en el suelo, detrás de un cuadro eléctrico de rayos X. Todos los expedientes han sido recuperados por el Servicio Gallego de Salud (Sergas).
Todos ellos corresponden a la Unidad Mental del Centro de Orientación Familiar situado en la antigua sede de la Delegación de Sanidad, en Lugo. Cronológicamente, los historiales se remontan a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa y se encontraron completos y en perfecto estado de conservación.
Como se pudo comprobar, en ellos estaban reflejados datos personales de los pacientes, su historial clínico, la exploración psicopatológica a las adicciones al tabaco, el alcohol y diversos estupefacientes, un juicio diagnóstico y una hoja de seguimiento. Asimismo, se incluían datos estrictamente personales, como pueden ser las infidelidades conyugales. Se trata de datos de «gran intimidad», según señaló el psiquiatra Francisco Vidal Pardo, que recordó que en este tipo de documentos se encuentra la «historia de una vida».
El Sergas anunció que ya se ha abierto una investigación para depurar responsabilidades y «aclarar lo sucedido y que no se vuelva a repetir una situación semejante». Además, ha asegurado que se trata de un «incidente totalmente fortuito» y que «todos los expedientes médicos de sus pacientes son custodiados con todas las garantías de confidencialidad que exigen los documentos de estas características».
Según la explicación oficial, debido a la reforma de las instalaciones los historiales médicos se encontraban clasificados en unos archivadores metálicos almacenados en un depósito que la Gerencia de Atención Primaria tiene en un polígono industrial.
Hacia la destrucción
El «desagradable incidente» se produjo cuando estas carpetas fueron llevadas a la chatarrería para «su destrucción debido a su estado de deterioro», lo que explica el hallazgo de los expedientes en el establecimiento.
Fuentes del Sergas indicaron que los documentos extraviados se encontraban guardados en la parte trasera del inmueble antes de ser trasladados a la chatarrería, lo que explica que en la inspección ocular realizada antes de que los archivadores fuesen desechados no se detectaran documentos válidos. Así, en un comunicado se reconoce que algunos de los expedientes se «colaron» por la parte trasera del mueble, lo que hizo «imposible» que fueran vistos, dado que «debido a las características y al modelo de los archivos, las historias solo se podían encontrar al romper o desmontar por completo el mueble metálico que las guardaba».
Las primeras acusaciones responsabilizan a la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia, ya que los expedientes se remontan a una época en que la Unidad de Salud Mental y el Centro de Orientación eran competencia de la Delegación Provincial de Sanidad, según recordó el responsable de la Confederación Intersindical Gallega (Cig) de Salud, Francisco Villanueva.
Este sindicato, a través de un comunicado difundido ayer, señaló que esta situación responde a una «mala planificación de la Consejería» y exigió que se «depuren responsabilidades» de forma inmediata. La Cig considera que la aparición de estos expedientes es consecuencia de una «sucesión de descuidos lamentables» que tienen «consecuencias graves, ya que se vulneró el derecho a la confidencialidad» que por ley se reconoce a todas las personas.