Tres proyectos de investigación sobre nutrición y salud, financiados por la Unión Europea, aseguran que una dieta adaptada reduce los casos de Alzheimer y osteoporosis y es favorable para las personas mayores, ya que mejora sus condiciones de salud.
Los tres estudios se han analizado ayer y hoy en un seminario organizado por la Comisión en Bruselas sobre «La investigación sobre la nutrición y el envejecimiento». Allí varios expertos han reflexionado sobre las maneras de utilizar estos avances en el sector sanitario y de la alimentación.
Bruselas ha señalado que en la actualidad la investigación en geriatría se centra en el tratamiento de las enfermedades más corrientes entre los mayores, mientras que se presta muy poca atención a los alimentos específicos para este grupo de edad.
Según han destacado los participantes en la reunión, los alimentos para este grupo de edad deberían ser familiares, densos en energías, presentados en envoltorios prácticos y fáciles de abrir y con un precio razonable. Además han señalado que gracias a varios factores, como la alimentación, la esperanza de vida en Europa es mucho mayor. Concretamente la Organización Mundial de la Salud estima que el número de personas con más de 80 años en Europa pasará de 21,4 millones en 2000 a 35 millones en 2025.
Tres proyectos
El primero de los proyectos, denominado OPTIFORD, ha demostrado que si se añadiera una dosis de vitamina D al pan se podría ayudar a prevenir la osteoporosis, ya que hay muy pocos productos naturales que contengan una cantidad importante de esta vitamina, imprescindible para fijar el calcio en los huesos.
El segundo, el CROWNALIFE, ha probado que se pueden producir alimentos funcionales específicamente adaptados a las necesidades de la población de la tercera edad, cuya flora intestinal es diferente a la de la población más joven. Estas comidas se crean con el objetivo de mejorar el estado de salud y reducir los riesgos de enfermedad, con ingredientes como los prebióticos o los prebióticos.
Por último, el proyecto LIPIDIET ha comprobado que algunos lípidos aportados por la alimentación pueden ayudar a prevenir el Alzheimer. Aunque las dietas con un alto contenido de grasas han sido identificadas como un factor de riesgo para el Alzheimer, también se ha demostrado que la ingestión de una dosis específica de lípidos es fundamental para la prevención de esta enfermedad.
Para el responsable de Ciencia, Janez Potocnik, «la investigación sobre la nutrición en personas mayores abre nuevas perspectivas para la prevención de enfermedades y la mejora del estado de salud y de la calidad de vida».