Usar zapatos de tacón estiliza el cuerpo, pero caminar con este calzado de manera habitual perjudica a nuestros pies y, por tanto, a la salud. De ahí que los expertos desaconsejen su empleo y sobre todo su exigencia en entornos de trabajo y más en jornadas laborales largas. Pero ¿a qué tipo de tacón se refieren los podólogos? A continuación, te contamos cuál y por qué, y señalamos cuál sería el zapato de trabajo más adecuado. Asimismo, te damos algunos consejos para evitar sufrir sus consecuencias, si es que, de todos modos, quieres o debes usar tacones.
Zapatos de tacón alto: consecuencias para la salud
Descalzos, el 75 % de nuestro peso lo soporta el talón, y el resto le toca al antepié. Es decir, la función del talón (apoyado en huesos anchos y cortos) es de soporte, mientras que la del antepié es dinámica, por lo que sus huesos son más largos y estrechos. Pero ya con zapatos la cosa cambia y, a medida que la altura del calzado aumenta, estos porcentajes —y tareas— varían, con consecuencias para nuestros pies.
Los zapatos de tacón tienen una altura que oscila entre los 2,5 y los 12 centímetros. Los tacones bajos no superan los cuatro centímetros. Para el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP), en un tacón entre uno y cuatro centímetros, la posición de los metatarsianos (los huesos largos del pie que conectan el tobillo con los dedos) está en condiciones óptimas: una angulación respecto al suelo que permite apoyar la parte más preparada anatómicamente para pisar, con ayuda de los elementos fibrocartilaginosos y protegidos por la grasa plantar (“el mejor amortiguador jamás diseñado”). A estas alturas, el talón y el antepié se distribuyen la carga a partes iguales.
Los tacones medios llegan a los siete u ocho centímetros. Y rebasándolos está el calzado de tacón alto, también conocido como stiletto. Tanto los modelos de altura media o alta pueden tener, asimismo, un tacón más fino y afilado; son los conocidos como zapatos de tacón de aguja. Tanto unos como otros no son recomendables. Los especialistas alertan de que tacones de más de cinco centímetros resultan perjudiciales para la salud. ¿Por qué?
- El tacón altera la marcha y la postura. “El bloqueo de la articulación del tobillo en una flexión plantar, que se ve incrementada proporcionalmente con la altura del tacón, hace que las articulaciones superiores, tanto la rodilla como la cadera, deban realizar más movimiento y, consecuentemente, un contoneo de caderas que es antifisiológico”, señalan desde el CGCOP. Favorece, por tanto, el dolor de espalda y cuello.
- La altura invierte la relación de cargas en el pie. “Pasamos a cargar más del 75 % de nuestro peso sobre la parte más sensible de nuestros metatarsianos, el cartílago, y sometemos a presiones bárbaras a las placas plantares de nuestras articulaciones”, detallan los expertos. Esto puede generar inflamaciones, fisuras y, no pocas veces, roturas de las mismas. Artrosis en tobillos, rodillas y caderas son algunas consecuencias, como también las metatarsalgias (dolor e inflamación en la bola del pie).
- Otros problemas: esguinces de tobillo, acortamiento de la musculatura posterior de la pierna (muy relacionado con la fascitis plantar)…
Imagen: TAMHSCPhotos
Pero además, asociado al tacón, los podólogos advierten de que los stilettos y su punta estrecha generan una compresión de los dedos con las siguientes lesiones dérmicas a corto o largo plazo: heridas, callos, durezas, uñas encarnadas, juanetes, dedos en garra, ojos de gallo, exostosis subungueales (tumor óseo benigno)…
Precauciones si usas zapatos de tacón
Un uso moderado de los zapatos de tacón puede aumentar la autoestima y, a la vez, disminuir los efectos perjudiciales ya comentados. ¿Cómo? El Consejo General de Colegios de Podólogos da estas recomendaciones:
- Utiliza zapatos que lleven plataforma. De esta manera, disminuirá la presión sobre el antepié sin perder altura.
- En el interior del calzado, emplea plantillas de descarga metatarsal o de materiales de amortiguación. “Aportan un mayor confort, aunque hay que tener en cuenta que se trata de una ‘solución’ pasajera”, comentan.
- Escoge hormas anchas y de materiales flexibles como la piel.
- Camina lo menos posible con los zapatos de tacón. “Desde luego, no ocho horas”, manifiestan sus responsables.
Cómo elegir el calzado laboral más adecuado
Si no es recomendable utilizar zapatos de tacón en el trabajo, ¿cuál es el más adecuado? En principio, deber ser un calzado resistente, de manera especial en el caso de los empleados en el sector de la construcción y la industria. Y es que a los problemas habituales que estos trabajadores pueden tener en articulaciones de pies, rodillas, caderas y columna por trabajar de pie, se unen las lesiones que pueden sufrir sus pies por caídas de objetos, impactos y golpes.
Estos son los aspectos que debes tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de calzado más adecuado para la jornada laboral:
- el tiempo que se estará trabajando con el calzado.
- el puesto y el lugar en el que se desarrolla la actividad.
- las características físicas del trabajador, con el fin de adecuar el calzado a las necesidades de su cuerpo.
Además, los podólogos aconsejan revisar los componentes de su fabricación, su diseño y forma para que los pies de los empleados no se resientan por la utilización incorrecta de un calzado mal seleccionado. Y por supuesto, recomiendan elegir la talla correcta, probándolo hacia el final del día, cuando el pie está más dilatado.
Características idóneas del calzado de trabajo
Si no sabes cuál es el calzado más apropiado para tu pie, según la actividad profesional que realizas, puedes consultar con el podólogo para que te aconseje. Pero, de todas formas, el CGCOP apunta como imprescindibles las siguientes características para el zapato de trabajo:
- Ligero.
- Resistente al frío y al calor.
- Con protección en la puntera y zona del talón.
- Con cierre que proporcione buena sujeción.
- Lo más ergonómico posible, para facilitar el movimiento del pie en su interior.
- De materiales impermeables y transpirables.
- Con suela antideslizante y antiestática para prevenir accidentes eléctricos, y una mediasuela con refuerzo interior para evitar perforaciones.