Los primeros ensayos promovidos por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en el marco del Plan Andaluz de Cultivos Energéticos 2007-2013 constatan las posibilidades de nuevas fuentes de energía que ofrecen oportunidades de diversificación e innovación al sector agrario de la región. Así, la investigación sobre la paulownia («Paulownia sp. «), una planta de origen chino caracterizada por su crecimiento ultrarrápido, abre para Andalucía nuevos horizontes en materia de cultivos energéticos y emerge como una fuente de biomasa lignocelulósica con amplias posibilidades de prosperar en la comunidad andaluza.
El mismo programa, cuyos trabajos se desarrollaron en la campaña 2007-2008 en una decena de fincas públicas de las provincias de Sevilla, Córdoba, Málaga, Granada y Cádiz, estudia, además, la viabilidad de la implantación en Andalucía de otros cultivos energéticos como la caña común («Arundo donax»), el sorgo papelero («Sorghum bicolor») y el cardo («Cynara cardunculus»). Todos ellos, como vía para la producción de biomasa.
Las conclusiones iniciales sitúan a la paulownia como una de las alternativas con mayores garantías de éxito, lo que ya ha llevado a algunos agricultores andaluces a incorporarla a sus explotaciones como una emergente línea de negocio. Su adaptabilidad a los suelos de la región y su excelente poder calorífico avalan el aprovechamiento de esta especie para la obtención de energía limpia, a lo que hay que sumar sus bajos niveles de cloro, azufre y sodio.
Todo ello acredita la contribución de la paulownia al desarrollo sostenible y su respeto al medio ambiente, al no provocar emisiones ni corrosión de las calderas, explica la Junta de Andalucía. Además, los residuos generados por su proceso de transformación también resultan valiosos para la actividad agraria. De esta forma, las cenizas resultantes de la combustión de su biomasa ofrecen la posibilidad de ser utilizadas como abono, dado su alto contenido de potasio.
El reto ahora es concretar hasta dónde llega el potencial de la paulownia y estudiar su rentabilidad económica y medioambiental para su futura integración en el campo andaluz, apunta la Junta. En este sentido, las próximas labores de indagación se enfocarán hacia el análisis exhaustivo del material vegetal y la adaptabilidad de cada uno de los clones existentes en el mercado a las diversas condiciones climatológicas y a los suelos de la región. De esta manera, se determinará cuáles son los espacios más idóneos para su cultivo, la cantidad óptima de cortes y la maquinaria más adecuada para ello.
Además de su riqueza como materia prima para la obtención de biomasa, la paulownia aporta otras alternativas de diversificación al mundo agrario, entre las que destaca su empleo para la producción de madera. Su instauración con estos fines, por tanto, también será objeto de futuros ensayos por parte de la Consejería de Agricultura y Pesca, tanto en secano como en regadío. Y es que, en un principio, muestra un comportamiento agronómico prometedor bajo las condiciones climáticas que definen a la comunidad andaluza, indica la Junta.
Otros cultivos
En cuanto a otros cultivos energéticos, la caña común registra un elevado valor energético, requiere escasas labores agrícolas y su producción se duplica cuando se cultiva como regadío, tal como han demostrado los primeros ensayos. El sorgo papelero, como segunda cosecha, y el cardo, tal y como adelantan los primeros ensayos, presentan, por su parte, mayores dificultades para erigirse en cultivos energéticos rentables.