La Comisión Europea ha solicitado mayor información en el caso de la muerte, en el Reino Unido, de un hombre que había recibido sangre procedente de un enfermo de Creutzfeldt-Jakob, variante humana de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). Las autoridades británicas aseguran que el incidente se habría producido antes de la puesta en marcha de las medidas de protección y preventiva en las donaciones de sangre.
Actualmente, muchos Estados miembros de la Unión Europea cuentan con medidas preventivas destinadas a la protección del suministro de sangre. La Comisión Europea propuso ya una directriva sobre la seguridad y la calidad de la sangre humana y los productos de sangre, que fue adoptada por el Parlamento Europeo y el Consejo hace un año. La Directiva propone normas obligatorias para la sangre y productos de sangre del donante al paciente y para usos médicos. Las medidas incluyen controles para pruebas, etiquetaje y trazabilidad de la sangre, así como sistemas de calidad en laboratorios y otros establecimientos especializados.
La Directiva, que entró en vigor el mes de febrero pasado, tiene una fecha límite para su transposición en ley nacional hasta febrero de 2005. Hasta ahora, y según informa la Comisión Europea, no existe ninguna prueba específica para la detección de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). En la UE, la enfermedad ha afectado, hasta septiembre de 2003, a seis personas en Francia y una en Italia, mientras que en el Reino Unido se han contabilizado ya, hasta principios de diciembre, un total de 143 enfermos.