La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) continúa oponiéndose a la decisión comunitaria de reabrir la frontera europea a la importación de algunos productos de origen animal procedentes de China, entre ellos la miel. La organización solicita la creación de una Mesa de Coordinación para el seguimiento de los controles en frontera de las mieles importadas de China y del resto de terceros países.
En enero de 2002 la Comisión Europea prohibía la entrada al mercado comunitario de mieles procedentes de China al detectar en determinadas partidas residuos de antibióticos. La apertura definitiva será, según COAG, a finales del mes de septiembre. Sin embargo, los apicultores se oponen a este levantamiento del embargo porque consideran que no se dan las garantías adecuadas en materia de calidad y seguridad alimentaria en sus productos apícolas.
Así, COAG exige a las autoridades sanitarias que las importaciones de productos agropecuarios foráneos cumplan los mismos requisitos que las producciones europeas. En este sentido, es necesario mantener un nivel elevado tanto en frecuencia como en número de controles en los puestos de inspección fronterizos para garantizar que las partidas de miel procedentes de terceros países cumplan con los requisitos sanitarios exigidos en la Unión Europea.
Según COAG, en el último año se ha observado un aumento en las importaciones de miel originaria de países como Vietnam o Turquía, en los que se han detectado los mismos problemas sanitarios, y que a su vez están siendo utilizados para introducir como miel propia, miel procedente de China. La importación de estas partidas de miel a bajo coste y de dudosa calidad genera una competencia desleal frente a nuestras producciones de calidad, provocando en la presente campaña la caída de los precios en origen de la miel en España de al menos 0,70 euros/kg.
COAG ha pedido al Ministerio de Agricultura y al Ministerio de Sanidad y Consumo la creación y convocatoria urgente de una Mesa de Coordinación para el seguimiento de los controles de las mieles importadas de terceros países, tanto en los puestos de inspección fronteriza como en el mercado interior, prometida por el Gobierno tras las protestas del sector.