La semana pasada se celebró, en Burgos, el “Seminario Internacional sobre Desarrollo Rural y Calidad Alimentaria”, organizado por el Ministerio de Agricultura, la Junta de Castilla y León, el Instituto de Desarrollo Comunitario y la Asociación Internacional RED. El objetivo del seminario era llevar a debate una propuesta global de Política de Desarrollo Rural integral y sostenible a aplicar en el conjunto de los territorios rurales.
Las conclusiones de este seminario son el resultado del debate amplio y abierto sobre la base de los documentos aportados por los departamentos participantes. Según estas conclusiones, los territorios rurales ocupan el 80% del territorio de la UE y en ellos se asientan alrededor del 20% de la población. Son una realidad muy variada con ciertas características comunes y con menores dotaciones de servicios, por lo que estos territorios demandan políticas y acciones integradas que permitan su reconversión y viabilidad en el conjunto de laUE.
Uno de los temas analizados ha sido la Política Agrícola Común (PAC),considerada insuficiente para garantizar el desarrollo de los territorios rurales. Sin embargo, la conservación del empleo agrícola, la preservación del paisaje y la biodiversidad, y evitar la degradación de los recursos son argumentos a favor del mantenimiento de la PAC. Lo mismo que asegurar el cumplimiento de las funciones territorial, social, ambiental y de calidad y seguridad alimentaria, que la sociedad asigna a los agricultores.
Los participantes al seminario han concluido la necesidad de implantar una verdadera política rural europea, condición indispensable para garantizar la cohesión territorial de la Unión y el éxito de la ampliación. Según informa el MAPA, una política que debe estar en consonancia con los principios de la Declaración de Cork y que deberá aplicarse en todos los territorios y coordinar la acción de otras políticas de la UE: agrícola, de cohesión, medioambiente, sanidad y educación de manera integrada.
Para lograr una mayor diversificación económica de los territorios rurales, además de los ámbitos de actuación incluidos en anteriores periodos de programación, se considera necesario ampliar las acciones referidas a la formación técnica agraria y no agraria, y a la formación de apoyo al desarrollo, fomento de pequeñas y medianas empresas, servicios de proximidad, incentivos de empleo, mejoras de los servicios a escala local y territorial y, en general, todo aquello que contribuya a consolidar la vida en los territorios rurales.
Las políticas deberán ser aplicadas y puestas en práctica mediante la cooperación UE-Estados miembros-regiones, y también mediante fórmulas de cooperación sociedad civil-administraciones locales. La cooperación se presenta como una estrategia imprescindible para la integración europea, y más con la adhesión de los diez nuevos países. En este sentido, urge incentivar el campo de las interrelaciones a escala territorial, tanto de carácter interregional como transfronterizo y transnacional, como una exigencia más de la Constitución Europea.