El licopeno es un pigmento vegetal del grupo de los carotenoides, responsable del color rojo o anaranjado de algunas frutas y verduras con beneficios para la salud. Los tomates son la mayor fuente de esta sustancia, sobre todo los frescos y, en mayor proporción, aquellos que se someten a la acción del calor. El tomate frito o el jugo obtenido a partir de concentrado contiene licopeno de mejor asimilación que el crudo. Otros productos ricos en este compuesto son los de colores intensos como la sandía, la papaya, el albaricoque o el pomelo rosado. Fruto de una petición de la Comisión Europea, el Panel de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre Aditivos, Aromas, Procesos y Materiales en contacto con alimentos (AFC) ha evaluado la exposición actual de niños y adultos a este compuesto procedente de fuentes naturales y de colorantes alimentarios.
Marco de exposición
La exposición al licopeno procedente de fuentes naturales o usado como colorante alcanza en los niños una media de unos 200 microgramos por kg de peso corporal y día, según concluye la última revisión de la EFSA. En los adultos, incluso las exposiciones más altas son inferiores a esta media. Ambos datos se sitúan por debajo de la ingesta diaria admisible (IDA), por lo que se consideran valores seguros.
Los postres, las bebidas no alcohólicas y los productos de panadería fina son importantes fuentes de licopeno
Pero la situación cambia cuando se analiza la exposición a alimentos enriquecidos. El mismo estudio determina que las estimaciones son más altas en todas las poblaciones estudiadas. La media prevista en los niños asciende a 420-500 microgramos por kg de peso corporal y día: entre un 44% y un 55% más que la IDA.
¿Dónde se encuentra el licopeno? En su mayoría -entre el 50% y el 65% del total-, la exposición procede de fuentes naturales. No obstante, los últimos análisis indican que los postres, los productos de leche con sabor, las bebidas no alcohólicas y los productos de panadería fina son también importantes fuentes de esta sustancia.
Precedentes del estudio
La Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo de 1994 sobre colorantes utilizados en los productos alimenticios autoriza el uso del E 160d licopeno de los tomates rojos en ciertos productos, bien por separado o en combinación con otros colorantes, siempre que se añada a los niveles máximos especificados. A raíz de una petición de la Comisión, el Panel AFC evaluó la seguridad del licopeno a partir de dos nuevas fuentes, el sintético y el de «Blakeslea trispora», uno de los microorganismos seleccionados por el sector como productor de este tipo de pigmentos mediante fermentación debido a las características óptimas del proceso.
En la Unión Europea, el uso de una formulación de licopeno como nuevo ingrediente alimentario está autorizado desde 2009. Comercializado desde hace varios años en otros países fuera de la UE, estos pigmentos se utilizan en zumos, bebidas deportivas, suplementos alimenticios para dietas, cereales para el desayuno, pan o salsas para ensaladas. La EFSA tiene previsto examinar de nuevo el licopeno como ingrediente en estos productos en 2014.
En otra revisión respecto a todos los colorantes alimentarios, la EFSA valoró la seguridad global de licopeno. En su dictamen de 30 de enero de 2008, el Panel de expertos obtuvo una IDA de 0,5 mg/kg peso corporal/día procedente de todas las fuentes. El Panel también llegó a la conclusión de que, aunque se esperaba que la ingesta de licopeno a través de fuentes naturales y como colorante se mantuviera dentro de los límites, esto no ocurría debido a las elevadas ingestas por parte de niños escolares y preescolares. El Panel señaló que las bebidas aromatizadas no alcohólicas (refrescos) eran la mayor fuente potencial en todos los grupos de población estudiados, con la contribución de porcentajes de la ingesta total de licopeno, desde un 66% en varones adultos hasta más del 90% en la enseñanza preescolar.
El Panel destacó que todas las estimaciones de la exposición al licopeno utilizado como colorante de alimentos se basan en supuestos muy conservadores: un consumidor puede elegir siempre alimentos y bebidas coloreadas, entre toda la variedad de alimentos y en sus niveles máximos autorizados, ya que los diferentes marcos hipotéticos y supuestos demuestran incidencias mucho más elevadas.
El objetivo del proyecto EXPOCHI sobre datos de consumo de alimentos y estudios de evaluación en niños es crear una red de información sobre la exposición de este sector de la población a los colorantes alimentarios, al selenio, cromo y plomo. Este proyecto tiene como antecedente una petición realizada por la EFSA en 2004. Los resultados se obtienen a partir de modelos estadísticos de la exposición a largo plazo con el uso del software de Evaluación de Riesgos Monte Carlo (MCRA), desarrollado por el Instituto de Seguridad Alimentaria (RIKILT) de Países Bajos. Este proyecto pretende acabar con la falta de un enfoque armonizado para la recogida de datos de consumo de alimentos en poblaciones infantiles.