La producción y el consumo de alimentos derivados de cultivos modificados genéticamente mantiene el debate público. Mientras defensores aseguran que los transgénicos son tan seguros como los alimentos tradicionales, los detractores consideran que pueden tener efectos adversos no intencionados.
Para todos, defensores y detractores, el reto está en determinar los prerrequisitos para introducir la biotecnología aplicada a la agricultura de forma que se encuentre una amplia aceptación en sociedades en las que coexisten puntos de vista muy diversos. Para ello, el consorcio de investigación patrocinado por la Comisión Europea ENTRANSFOOD ha reunido a representantes universitarios, organismos con potestad normativa, fabricantes de alimentos, minoristas y grupos de consumidores de toda Europa.
Según el consorcio, las incertidumbres relacionadas con los alimentos modificados genéticamente son similares a las cuestiones que siguen existiendo acerca de los efectos de otros alimentos de origen vegetal. Para los expertos, las nuevas herramientas moleculares ayudarán a los científicos a comprender mejor las posibles consecuencias para la salud de todos los alimentos. Por otro lado, ENTRANSFOOD ha recomendado que, para evaluar la posibilidad de transferencia genética, se compare el riesgo de que se transfieran genes modificados de cultivos MG a microorganismos o a células humanas con el riesgo de que un caso similar se produzca en la naturaleza.
Los especialistas en ciencias sociales del consorcio han resaltado que un etiquetado sobre los procesos de fabricación de todos los alimentos que contengan cultivos MG es un prerrequisito esencial para paliar los temores de los consumidores europeos. Sin embargo, ha identificado también las dificultades en la puesta en práctica de los requisitos de etiquetado de la UE.
En conclusión, los resultados han resaltado las ventajas de las plataformas de debate, en las que se combinan diversos puntos de vista sobre las nuevas tecnologías alimentarias. El proyecto también ha contribuido a dar prioridad a cuestiones fundamentales a la hora de sopesar los beneficios y los inconvenientes de los métodos alternativos de producción alimentaria, según informa el Consejo Europeo de Información sobre Alimentación (Eufic).