El equipo de investigación FQM-215 del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3, que dirige el catedrático de Química Analítica de la Universidad de Córdoba (UCO), Miguel Valcárcel Cases, ha desarrollado una técnica analítica para calificar el aceite de oliva virgen extra y evitar fraudes. El ceiA3 explica que para que un aceite de oliva virgen logre la calificación de «extra» depende de que supere una evaluación sensorial basada en un panel de cata. Sin embargo, la falta de una técnica analítica para confirmar los resultados de ese análisis organoléptico «ha generado importantes problemas al sector productivo, a veces amenazado por la sospecha de posibles fraudes en el etiquetado».
El modelo de evaluación diseñado por el ceiA3 está basado en la técnica de Espectrometría de Movilidad Iónica (EMI). El Campus de Excelencia Internacional destaca que en dos años de estudio los investigadores «han probado que, mientras no existen datos científicos que avalen la fiabilidad de otras técnicas analíticas para confirmar de forma inequívoca el etiquetado de una muestra de aceite de oliva, la EMI supone una forma eficaz de garantizar que el aceite analizado cumple con los requisitos exigidos para ser considerado y comercializado como ‘virgen extra'».
Esta técnica se presenta como un posible sistema de cribado (screening), y podría ser usada con facilidad por el sector oleico, ya que permite realizar de forma rápida y fácil el análisis de muestras de aceite con el fin de conocer su categoría. «La EMI podría ser una técnica con buenas aptitudes para el estudio de la calidad de muestras de aceite de oliva y evitar las actuales pérdidas económicas y fraudes que una mala clasificación genera en el sector oleico», ha explicado el equipo de investigadores en varios artículos científicos. Aunque precisan que «debido a la complejidad que desde un punto de vista de su composición química presentan las distintas muestras de aceite de oliva, todavía se debe invertir tiempo y esfuerzo en seguir investigando el potencial de esta técnica para poder afinar su poder clasificatorio y predictivo con casi un 100% de seguridad, de modo que su uso sea viable en los laboratorios agroalimentarios de rutina».
A juicio de los investigadores, lo que sí ha quedado demostrado es la rapidez de esta técnica que en 15 minutos puede calificar un aceite. Además, EMI no exige pretratamiento de las muestras, lo que acelera el procedimiento, en contraposición al método actual que requiere de numerosos análisis además del sensorial, lo que implica largos tiempos de análisis para confirmar la calidad de un aceite de oliva.