Investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado dos métodos para detectar la adulteración del aceite de oliva virgen extra con otros aceites vegetales de más baja calidad (aceite de girasol, maíz, refinado de oliva y orujo). Estas técnicas permiten también cuantificar la concentración de agente adulterante presente en el aceite cuando ésta es inferior al 14%.
El primer método consiste en la determinación precisa de la densidad e índice de refracción de los aceites. Este sistema, aunque es sencillo y rápido, solo es válido para aceites muy diferentes al aceite adulterado en la composición química, como son el aceite de girasol y el de maíz. El segundo método, según explica el grupo de investigación en un artículo publicado en la revista «Journal of Food Engineering», es el sistema más preciso para la detección de las adulteraciones mencionadas con anterioridad y consiste en el empleo de parámetros caóticos calculados a partir del calor generado por el aceite durante su calentamiento.
El caos inherente a un determinado proceso físico es muy sensible a pequeños cambios en sus condiciones iniciales. De hecho, ésta ha sido la propiedad sobre la que se ha basado este trabajo. Si se tiene en cuenta que la adulteración es la sustitución y/o adición de algún componente a la sustancia pura, si a muestras adulteradas y puras se les somete a un mismo proceso físico, es muy probable que el caos inherente al proceso sea diferente ya que, en definitiva, la propia presencia de un adulterante supone ya una modificación de las condiciones iniciales, explican los autores. Una vez modificado el grado de desorden de los constituyentes del aceite mediante la adición de un agente adulterante y posterior calentamiento de entre 30 y 600 grados centígrados, es necesario establecer una relación matemática entre la variación del caos y la concentración del agente adulterante que lo motiva.
El grupo de investigación diseñó modelos lineales muy sencillos basados en variaciones del grado de caos de las muestras. Dada la sencillez matemática del modelo, la versatilidad del mismo debe atribuirse a la naturaleza caótica del modelo. Entre los resultados estadísticos más sobresalientes cabría destacar que el modelo diseñado es capaz de determinar la concentración de adulterante por debajo del 0,8% en masa con un error inferior al 5%.
Los científicos reconocen que este método de detección, aunque es novedoso, dista de ser 100% eficaz en la detección de todo tipo de adulteraciones. Sin embargo, abre una puerta a una posible línea de investigación para el desarrollo de nuevos modelos matemáticos con el fin de erradicar este tipo de actividades fraudulentas que pueden afectar de forma seria y directa a la salud.