La sanidad animal, tal como la conocemos hoy, experimentará modificaciones a causa del cambio climático, según aseguró el catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Sánchez-Vizcaíno, durante el II Curso Internacional sobre Zoonosis Emergentes organizado por la Universidad CEU Cardenal Herrera y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Valencia.
«Hemos comprobado que las enfermedades ligadas a vectores, organismos que transmiten enfermedades, con el cambio climático disponen de varias ventajas que antes no tenían. Estos microorganismos colonizan nuevas zonas, aumentan su número y al aumentar la temperatura, tienen más facilidad de ser infectados y por lo tanto de propagar el virus», explicó Sánchez-Vizcaíno. «Cuando la temperatura sube tres grados, es mas fácil que este tipo de enfermedades aparezca en zonas nuevas y se propague con mayor rapidez», señaló el experto, que puso como ejemplo la enfermedad del Nilo Occidental o la lengua azul, que «antes no pasaba del paralelo 40 y ahora llega hasta Dinamarca».
Sánchez-Vizcaíno apuntó, en lo que se refiere a la gripe aviar, que «los movimientos de frío también han actuado sobre los sistemas de migración». «La gripe aviar la transportan aves que vienen de la zona europea aunque no son muy frecuentes en nuestro país. Lo que más nos preocupa es que se contagie África, porque la mayoría de aves migratorias que pasan por España proceden de ese continente», detalló. Por ello, «nuestro índice de riesgo actual es igual o menor a años anteriores, ya que de momento los niveles de contaminación en la vida silvestre en el continente africano todavía son muy bajos», aseguró el catedrático.
La lengua azul fue otro de los ejemplos a los que se refirió Sánchez-Vizcaíno al abordar la influencia del cambio climático en las zoonosis. Así, el especialista habló sobre el brote de esta enfermedad que afectó a Baleares en 2003. «Todas las autoridades estaban preocupadas por si esa infección pasaba a la costa mediterránea. Nuestro grupo hizo una investigación y concluyó que en la Comunidad Valenciana no se dan todavía las condiciones adecuadas para que el vector transmisor tenga un significado muy importante», explicó. «En teoría, Valencia debería tener un nicho ecológico propicio para este vector, por temperatura y permeabilidad del suelo, pero de momento aquí no ha cuajado, y no sabemos todavía el porqué». No obstante, ello «no significa que en los próximos años pueda aparecer un brote, aunque hoy en día es la zona más segura», concluyó.