Un nuevo estudio austriaco confirma que las personas que toman antiácidos por problemas de estómago pueden sufrir reacciones alérgicas frente a alimentos con gran potencial alergénico como avellanas. La combinación de ambas sustancias ha provocado en ratones de laboratorio reacciones alérgicas que no aparecen con sólo consumo de los alimentos.
Los ratones no han tenido ningún tipo de reacción después de recibir proteínas de avellana y otros alimentos. Sin embargo, sí han tenido reacciones alérgicas después de recibir inhibidor de bomba de protones, que es un antiácido de gran potencia de la familia de fármacos antisecretores. Según los expertos austriacos, la reacción sólo se produce cuando se suministran las nuevas proteínas de avellanas, no así con otros alimentos.
Según Eric Jensen Jarolim, director del estudio y profesor del Hospital Universitario de Viena, el problema sólo aparece cuando se ingiere un alimento nuevo que no forma parte de la dieta cotidiana. Esto es así ya que el cuerpo crea una tolerancia a los alimentos que se consumen de forma frecuente, asegura el experto, que recomienda «ajustarse a la dieta que se conoce y no probar comidas exóticas».
A pesar de que hasta ahora el experimento se ha realizado en animales de laboratorio, los expertos no descartan que los mismos resultados puedan aplicarse a los humanos. En este sentido, «los resultados obtenidos parecen encajar con los datos de las investigaciones con animales», asegura Jensen-Jarolim. Los expertos advierten así de la presencia del antagonista de los receptores de H-2, uno de los medicamentos que provoca estos efectos alérgicos.
Este y otros fármacos antiácidos afectan a la secreción de ácidos y neutralizan el pH en el estómago, cosa que dificulta que la pepsina, enzima que degrada las proteínas, se ponga en funcionamiento. En consecuencia, se obstaculiza la digestión de las proteínas, lo que provoca una reacción alérgica. Por todo ello, los expertos consideran que, a pesar de que «estos fármacos son muy importantes, los responsables médicos deberían avisar a los pacientes de sus efectos para que no consuman alimentos nuevos», según informa El Mundo.