Las personas que viven en el Reino Unido y que hayan recibido sangre desde enero de 1980 no pueden donar sangre desde ayer. Con esta medida se pretende eliminar el riesgo de que, unas 50.000 personas, puedan transmitir la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, variante humana de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) o mal de las “vacas locas”.
El Gobierno británico ha adoptado la medida con carácter preventivo para evitar cualquier riesgo de contagio. A pesar de la prohibición, los expertos consideran «muy remota» la posibilidad de que tanto el donante como el receptor de la sangre puedan contraer la enfermedad. Con todo, el Gobierno ha reconocido que al menos 15 personas han recibido sangre de otras personas que luego han desarrollado la variante humana del mal de las «vacas locas».
La prohibición fue anunciada por el ministro de Sanidad británico, John Reid, el mes pasado, y será revisada cuando se encuentre un análisis que detecte la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en la sangre. Los expertos consideran que, con anterioridad a enero de 1980, no existe riesgo de presencia de la variante humana de la EEB. A pesar de que la medida afectará a unos 50.000 donantes, el Servicio Nacional de Sangre estima que las donaciones se reducirán en un 3,2%, teniendo en cuenta que en el Reino Unido hay en torno a 1,7 millones de donantes, informa El País.