Se conoce como virus de “Schmallenberg” (SBV) por la localidad alemana donde se detectaron los primeros casos en agosto de 2011 y, aunque recuerda a otros conocidos, lo cierto es que es un virus nuevo que infecta a rumiantes y cuya evolución en los próximos meses vigilarán las autoridades sanitarias europeas. A petición de la Comisión Europea, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de publicar un informe sobre su posible propagación, además de aportar información relevante. Entre sus propósitos también se pretende poner los medios para mantener informados en el futuro tanto a los Estados miembros como a la Comisión Europea en relación a la situación de este virus en el espacio de la Unión Europea. De momento, los expertos aseguran que es imprescindible recoger más datos epidemiológicos con el fin de ahondar en su conocimiento.
«Schmallenberg» es una nueva enfermedad de origen vírico que afecta a los rumiantes (vacas, ovejas y cabras). Su infección provoca un cuadro inespecífico de síntomas, como fiebre, pérdida de apetito y disminución de la producción en el ganado de leche de hasta el 50%, que remite en menos de una semana. En muchos casos, «Schmallenberg» (SBV) se detecta tras los partos de las hembras gestantes afectadas, ya que este virus se transmite también a través de la placenta e infecta el feto. En estos casos, si la infección ocurre durante las fases más vulnerables de la gestación, el virus provoca abortos y malformaciones en estos animales, como la deformación de la cabeza, el cuello y las patas.
El informe EFSA sobre «Schmallenberg»
El virus responsable de la infección, llamado de manera provisional «Schmallenberg» por la localidad alemana donde se detectó, se ha clasificado, por la información de la que se dispone, como perteneciente al serogrupo Simbu, familia Bunyaviridae, género Orthobunyavirus. La familia Bunyaviridae es la más grande de todas las familias virales y, por lo tanto, está relacionada con otras muchas enfermedades. Por su parte, el serogrupo Simbu se ha detectado en rumiantes de Asia, Australia y África, además de Oriente Medio.
SBV comparte muchas similitudes con el virus que provoca la lengua azul
Según se ha constatado, el virus «Schmallenberg» (SBV), como el resto de su grupo más cercano, se transmite a través de la picadura de insectos (mosquitos y moscas), aunque no se descarta la transmisión directa entre animales. Es un tipo de virus que comparte muchas similitudes con el que provoca la llamada lengua azul, tanto en el modo de transmisión como en los vectores, es decir, las especies que transmiten el patógeno. Incluso los servicios veterinarios alemanes pensaron en un primer momento que se encontraban ante un brote de una variante del mismo.
La lengua azul es una enfermedad infecciosa, no contagiosa, que afecta a los animales rumiantes y cuyo nombre procede de uno de sus síntomas más representativos: una lengua tumefacta y en ocasiones cianótica, que le confiere su característico color azulado. La enfermedad tiene un claro componente estacional debido a la intervención obligada de un vector (mosquito del género Culicoides) para su transmisión. Esta semejanza en la propagación de ambas enfermedades ha servido para desarrollar una hipótesis sobre posibles escenarios epidemiológicos de probable evolución del virus SBV en los próximos meses en Europa cuando, debido al aumento de temperaturas, los vectores de transmisión estarán más activos.
Por su patogeneidad y a falta de datos más concretos, el virus SBV se podría asemejar al Akabane, otro virus del mismo serogrupo Simbu, de amplia distribución, que provoca grandes pérdidas en el sector ganadero y que se ha detectado en ganado de Turquía. Habría que aclarar que un serogrupo son microorganismos del mismo serotipo, es decir, que comparten antígenos. Este dato es importante, dado que los antígenos son las moléculas que estimulan la respuesta inmune de un organismo frente a la infección.
«Schmallenberg», sin riesgo para la salud humana
El estudio ha revelado que el número de vectores por animal y la temperatura tienen un impacto en la posible propagación del virus en poblaciones susceptibles. Sin embargo, quedan aspectos desconocidos, algunos relacionados con el desarrollo o no de una respuesta inmune protectora. Esto es importante porque el conocimiento científico de virus similares indica que los animales, después de estar expuestos a este virus, pueden desarrollar una fuerte respuesta inmune, lo cual resulta relevante para su propagación. No existe ninguna vacuna para SBV, aunque la vacunación podría ser una opción para controlar la enfermedad, que se valoraría en un futuro, según diferentes aspectos sanitarios, económicos y comerciales.
Los técnicos coinciden en que nada muestra, en esta etapa, que el virus infecte a los seres humanos. Una evaluación preliminar realizada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de enfermedades (ECDC) concluye que hasta el momento no hay evidencia de que el virus sea causante de enfermedad en seres humanos. Dado que los virus con similitud genética al «Schmallenberg» (SBV) no causan la enfermedad en personas, es poco probable que este nuevo virus lo haga, aunque no se puede excluir esta posibilidad.
El informe señala e insiste en que se necesitan más datos para controlar la presencia en los diferentes territorios. La EFSA trabajará con los Estados miembros con el fin de asegurarse de que se obtienen suficientes datos epidemiológicos para disponer de una idea actualizada de la situación en Europa. El informe proporciona especificaciones técnicas para conseguir este tipo de datos en los Estados miembros. Por otro lado, la Comisión Europea ha definido un plan de acción comunitario para identificar y coordinar, según se afirma, las acciones prioritarias frente al virus. Por su parte, El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente español ya ha preparado un plan de vigilancia preventivo.
Ninguna de las infecciones y enfermedades causadas por los virus del serogrupo de Simbu está incluida en la lista de enfermedades sometidas a notificación internacional obligatoria o normas sobre el comercio establecido por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Sin embargo, los Estados miembros afectados tienen que notificar la detección del virus en su territorio a este organismo, con arreglo al procedimiento de notificación de enfermedades emergentes.
El virus “Schmallenberg” (SBV) lleva el nombre de la ciudad alemana donde se detectaron los primeros brotes en agosto de 2011, aunque la confirmación de que era un nuevo virus llegara unos meses más tarde. Ha infectado al ganado vacuno, ovino y caprino en varios países europeos y, durante un breve periodo de tiempo, ha causado en los animales adultos afectados diversos síntomas, como fiebre, diarrea o una reducción de un 50% en la producción de leche y defectos de nacimiento. Una vez detectado el foco infeccioso, la Comisión Europea requirió con urgencia asistencia científica y técnica ante posibles riesgos resultantes del virus.
Hasta el momento, más de 750 ganaderías europeas, la mayoría de ovino, están afectadas por este virus. Los respectivos responsables gubernamentales han confirmado casos en Alemania, Países Bajos, Bélgica, Gran Bretaña y Francia. En España, por el momento, no se ha detectado ningún caso, pero ya se ha puesto en marcha un programa nacional de vigilancia del virus SBV en todas las comunidades autónomas para localizar, en el menor periodo de tiempo posible, los casos sospechosos. Por el momento, las únicas barreras comerciales por la enfermedad las ha interpuesto Rusia, que ha prohibido la importación de cabezas de ganado comunitario desde los países donde se ha detectado el virus.