Hoy entra en vigor el Protocolo de Kioto, que supone que una treintena de países industrializados están obligados jurídicamente a cumplir los objetivos cuantitativos para reducir o limitar sus emisiones de seis gases de efecto invernadero durante los cinco años comprendidos entre 2008 y 2012 a niveles inferiores a los de 1990. La Unión Europea deberá reducir sus emisiones combinadas un 8%.
El Protocolo ha sido ratificado por 128 países, y sólo cuatro (EEUU, Australia, Liechtenstein y Mónaco) no lo han hecho. Los dos primeros representan más de un tercio de los gases de efecto invernadero emitidos por los países industrializados, pese a lo cual no tienen intención de ratificar el pacto.
Los gobiernos acordaron en 1997 el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU (UNFCCC). El acuerdo ha entrado en vigor sólo después de que 55 naciones que suman el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero lo ha ratificado. Actualmente, 129 países lo ha ratificado, alcanzando el 61,6% de las emisiones como indica el barómetro de la UNFCCC.
El objetivo del Protocolo es conseguir reducir un 5,2% las emisiones de gases de efecto invernadero globales sobre los niveles de 1990 para el periodo 2008-2012. Se trata del único mecanismo internacional para empezar a hacer frente al cambio climático y minimizar sus impactos. Para ello contiene objetivos legalmente obligatorios para que los países industrializados reduzcan las emisiones de los 6 gases de efecto invernadero de origen humano como dióxido de carbono (CO2), metano y óxido nitroso.