El pasado mes de abril el Departamento de Agricultura estadounidenses (USDA, en sus siglas inglesas) presentaba la nueva pirámide alimentaria, que pretende sustituir y actualizar a la anterior de 1992 y guiar a los consumidores hacia unos hábitos alimenticios sanos.
La nueva pirámide está formada por seis bandas verticales de color que representan cada uno de los cinco grupos de alimentos y los aceites. La diferencia de anchura de cada una de las bandas indica la proporcionalidad, o lo que cada persona debería comer de cada uno de los grupos de alimentos con respecto a los otros. En este nuevo símbolo los colores elegidos han sido naranja para los cereales, verde para hortalizas, rojo para frutas, azul para leche y derivados, púrpura para carnes y legumbres y amarillo para aceite.
Una de las novedades que incluye la pirámide es que, en su lado izquierdo, se representa una figura subiendo escaleras que pretende ilustrar la importancia del ejercicio, elemento que no figuraba en la vieja pirámide. El nuevo símbolo pretende además crear un sistema personalizado de orientación nutricional vía Internet.
Además, la pirámide combina un gráfico o símbolo más sencillo con información individualizada. Sin embargo, ya han aparecido algunas críticas, como que el gráfico es más confuso que el anterior ya que no hay texto o palabras que identifiquen que representan cada una de las bandas de color y se ha convertido en un mero logo.
Para el director en política nutricional del Center for Science in the Public Interest, uno de los mayores problemas de la nueva pirámide es que no dice claramente «comer menos». El USDA parte de la base de que la nueva pirámide no es una guía para hacer dieta y perder peso.
En conclusión, muchos expertos consideran que con esta nueva pirámide es difícil que se consigan mejorar los hábitos alimenticios de los consumidores estadounidenses. Varias encuestas han demostrado que el 80% de los estadounidense reconocían que la vieja pirámide, uno de los mayores éxitos publicitarios conseguidos a nivel mundial, sólo la seguían el 16% de los consumidores.