Hace falta más información
Entre abril de 2021 y febrero de este año, la Comisión Europea analizó el conocimiento de los consumidores sobre los estándares en bienestar animal de los animales de granja. También estudió los etiquetados y la demanda potencial de información acerca de este asunto, que cada vez despierta mayor interés en la sociedad.
«El estudio se centró en 51 esquemas de etiquetado existentes en la Unión Europea, de los que 17 corresponden a producción ecológica», detallan desde Elika, la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria. Los datos recogidos, cuantitativos y cualitativos, muestran que «existe una clara demanda de los consumidores que actualmente no se satisface y una clara necesidad de aumentar la concienciación y simplificar la situación actual de los sistemas de etiquetado de bienestar animal en la UE», agregan.
Bienestar animal y etiquetado: situación actual en la UE
España es uno de los países donde más ha aumentado la sensibilidad por el bienestar animal y el interés por conocer las condiciones de producción de los productos de origen animal, en consonancia con lo que ocurre en nuestro entorno. En la actualidad, el 50 % de la población europea desea recibir información sobre las condiciones en las que se mantienen y tratan los animales de granja.
Sin embargo, dos de cada tres consumidores señalan que las etiquetas no les brindan información suficiente sobre los aspectos que más les interesan, como el sacrificio y la alimentación de los animales, o su accesibilidad a los espacios abiertos. Además, el informe constata que la mayoría de los sistemas se aplican en la Unión Europea por iniciativa de operadores privados.
Para los profesionales de Elika, estos son los seis puntos más relevantes del documento:
- 1. Existe una clara demanda de información relativa al bienestar de los animales de producción para todos los productos de origen animal.
- 2. No está clara la confianza que los consumidores muestran ante el etiquetado de los productos ecológicos. En consecuencia se puede decir que la demanda de información no se cumple.
- 3. Las numerosas etiquetas en cada Estado miembro de la UE generan confusión y pueden llevar a afectar de forma negativa a las personas productoras.
- 4. El formato de la información respecto a las condiciones de cría del ganado proporcionado no es el adecuado. La evaluación de las principales cuestiones en bienestar que realizan los técnicos en la materia no llega al gran público.
- 5. La dimensión económica de los sistemas de etiquetado de bienestar animal señala la complejidad de las cuestiones relativas a los costes, los ingresos de los operadores y la disposición a pagar de los consumidores. En general, la disposición a pagar aumenta si están informadas sobre las condiciones de cría de los animales y si creen que un producto es de mayor calidad.
- 6. El impacto de los esquemas de etiquetado sobre el propio bienestar animal va más allá de la actual normativa sobre bienestar: el etiquetado contribuye a un mejor cumplimiento de la legislación, ya que se introducen controles adicionales a los controles oficiales realizados por la autoridad competente.
En suma, «existe una clara demanda de los consumidores que actualmente no se satisface, y una clara necesidad de aumentar la concienciación y simplificar los sistemas de etiquetado de bienestar animal en la UE», apuntan desde Elika.
En este sentido, una posibilidad es poner en marcha estos objetivos dentro de la estrategia ‘De la granja a la mesa‘ y que la Comisión Europea se encargue de otorgar un valor añadido al bienestar animal y haga que se entienda mejor su importancia a lo largo de la cadena alimentaria.