Científicos del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, han evaluado el efecto del tratamiento antibiótico y de la vacunación en el control de la fiebre Q en rebaños ovinos. «El control de esta enfermedad resulta de gran importancia para el sector ganadero, ya que se transmite fácilmente entre los animales y provoca importantes pérdidas económicas, y sobre todo porque puede contagiarse a las personas que están en contacto con el ganado infectado», explicó Neiker.
La fiebre Q es una zoonosis -enfermedad de los animales que puede transmitirse a los humanos- extendida por todo el mundo y causada por la bacteria Coxiella burnetii. En los animales provoca principalmente abortos aunque también puede dar lugar a partos prematuros en las ovejas, así como bajo peso y debilidad de los corderos en el momento de su nacimiento. En las personas, la fiebre Q puede darse de forma asintomática o como una gripe leve; sin embargo, puede haber algún caso en el que se presenta como neumonía o hepatitis, o ambas al mismo tiempo.
La investigación de Neiker-Tecnalia se centró en el ganado ovino, debido a que es uno de los principales reservorios de la infección en el País Vasco, señaló Neiker. El primer tratamiento investigado fue la aplicación de antibiótico con oxitetraciclina en un rebaño afectado por fiebre Q. Los investigadores suministraron el antibiótico a ovejas preñadas en los días 100 y 120 de gestación y se consiguió reducir el número de abortos a niveles inferiores al 4%. Sin embargo, en el conjunto de las ovejas del rebaño, la oxitetraciclina no demostró ser eficaz para reducir la infección. De ahí que Neiker-Tecnalia proponga un mayor esfuerzo investigador en este campo de la medicina veterinaria, ya que existen pocos antibióticos autorizados para la especie ovina que sean eficaces contra las bacterias intracelulares, como es el caso de Coxiella burnetii.
Vacunación
En cuanto a la aplicación de una vacuna inactivada para el control de la enfermedad, «ofreció resultados más prometedores», destacó el instituto vasco de investigación. Los científicos emplearon la vacuna Coxevac ® y se probó su eficacia a corto (1 año) y largo plazo (4 años). En el primer año tras la vacunación no se apreciaron efectos inmediatos, debido a que los rebaños analizados presentaban un porcentaje muy alto de infección. Sin embargo, con vacunaciones periódicas anuales se consiguió reducir la infección de manera progresiva hasta lograr la ausencia de infección tras cuatro años de vacunación.
La vacuna tuvo un efecto beneficioso en el control de los abortos, que, tras el primer año de vacunación, se redujeron de forma significativa, un 2%. La fiebre Q provoca una tasa de abortos en el ganado ovino en torno al 6%-10%. Neiker explicó que tras los cuatro años de vacunación, la ausencia de infección en los animales no implicó necesariamente la erradicación de la bacteria Coxiella burnetii en la explotación ovina, ya que esta bacteria es muy persistente en el ambiente, y se mantuvo presente en las instalaciones del ganado ovino (superficies, suelo, aerosoles) durante periodos prologados de tiempo. Por tanto, en rebaños infectados tras un brote de fiebre Q, NEIKER-Tecnalia recomienda vacunar al menos durante un período de cinco años. Al vacunar se debe prestar especial atención al grupo de animales jóvenes cuando cumplen tres meses de edad, de forma que se inmunicen contra la bacteria lo antes posible.