Para Beatriz Martínez, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el problema que representa el desarrollo de microorganismos patógenos o alterantes en los alimentos, con la consecuente repercusión sobre la salud pública, dista mucho de ser erradicado.
La experta, que ha participado en el ciclo de conferencias divulgativas Vive la Ciencia, organizado por el CSIC, ha analizado, con la conferencia La conservación de los alimentos: ¿nos ayudan las bacterias?, el problema de la conservación de los alimentos, al que se suma la creciente demanda de productos más frescos, con menos aditivos y menos procesados, en los cuales el riesgo de contaminación por microorganismos es más elevado.
«La industria alimentaria necesita diseñar nuevas estrategias de conservación que se adapten a estos productos y que permitan mantener, o incluso prolongar, su vida útil sin detrimento de su calidad higiénica», reconoce Martínez. Para la experta, la utilización de compuestos antimicrobianos de origen natural se presenta como una alternativa muy atractiva a los ojos del consumidor actual para ofrecer productos sanos y seguros.
En este sentido, los científicos valoran las estrategias como la bioconservación (explotando los fenómenos de interferencia microbiana) en combinación con modernos procedimientos de control (análisis de riesgos y control de puntos críticos), el cumplimiento estricto de las medidas de higiene y manipulación, así como nuevos métodos de conservación no térmicos, informa el CSIC.