Virólogo molecular del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, José Francisco Rodríguez Aguirre y su grupo de investigación han participado en el desarrollo de la primera vacuna veterinaria para gripe aviar que permite diferenciar entre aves vacunadas e infectadas. La vacuna marcada ya se está aplicando granjas de Italia para el control de la gripe aviar.
El estado de alerta decretado tras la aparición y posterior propagación del virus de la gripe aviar está sobradamente fundamentado por las graves implicaciones que comporta a los sectores ganadero y avícola. Pero los tintes alarmistas que está recibiendo esta crisis, lamenta Francisco Rodríguez Aguirre, son difícilmente justificables. Entre otras razones, asegura, porque expresiones habituales estas últimas semanas referidas a «enormes tasas de mortalidad», se corresponden con rotavirus y no tanto con las distintas cepas de virus de gripe aviar. El experto admite, no obstante, que lo que está sucediendo con la gripe aviar no es habitual, porque «lo normal» es que los virus no salten.
De repente surgieron brotes de gripe aviar muy virulentos. Los pollos afectados morían en 24 horas. En esa situación te ves obligado a sacrificar a toda la población de aves, lo que genera a su vez un enorme problema económico. La única manera de evitar un sacrificio masivo es disponer de una vacuna, pero la que estaba disponible entonces no permitía distinguir entre las aves vacunadas de las que habían adquirido la infección de forma natural. Cuando un ave sobrevive a la gripe aviar tiene los mismos anticuerpos que la vacunada.
Nosotros desarrollamos el inmunosensor que permite discriminar entre las aves vacunadas y las infectadas de forma natural.
Ese tipo de decisiones son difíciles de tomar porque involucran muchos intereses y miles de millones de euros. Por ejemplo, la aparición de un brote de gripe aviar en un país puede proporcionar una cierta ventaja económica en otro que no esté afectado por la enfermedad.
«Afirmar que un virus no tiene ni tendrá posibilidades de saltar es engañar, porque en biología todo puede pasar»
Sí, pero la realidad nos demuestras que todo es mucho más complejo. Aunque es verdad, como he dicho, que los brotes crean un vacío de mercado que beneficia a los productores no infectados, lo cierto es que después el consumo disminuye. Por eso es tan importante que los expertos sean cuidadosos con las declaraciones que hacen respecto a productos como la carne de ave o los huevos.
El de la gripe aviar es un caso especial porque afecta a una enorme cantidad de especies. A eso hay que añadir que la estrategia de los virus para persistir es producir una enorme cantidad de copias de si mismos. Si tienes suficientes copias, al final alguna sobrevivirá. En el caso del serotipo A de la gripe, como el H5N1, el virus es capaz de replicarse en muchas clases de aves, que se convierten en portadoras. Por otro lado, cualquier granja, por más medidas higiénicas que tenga instauradas, acaba teniendo siempre muchos detritus que eliminar, y esa es una de las es una de las vías de dispersión de los virus. Es muy fácil que quede algún virus sin destruir. Si un ánade entra casualmente en la granja puede contagiarse por simple contacto. O si el efluente de la granja está cerca de un humedal, es relativamente sencillo que parte de los residuos acaben ahí. En teoría, si el efluente arrastra algún virus lo más normal es que no sobreviva, pero uede ocurrir que sí lo haga e infecte a algún ave.
Es muy difícil eliminar todos los virus. En el caso del virus de la lengua azul, su estrategia es transmitirse a través de un mosquito que puede ser transportado por corrientes de aire a grandes distancias. En el caso hipotético de que se diera un brote en Marruecos, un único mosquito transportado por las corrientes podría llevar el virus hasta Cerdeña o el sur de Italia en sólo tres horas.
Se está viendo que la destrucción de hábitats en zonas húmedas, en el trópico, está causando nuevos saltos de virus frente los cuales los habitantes del lugar tienen una cierta inmunidad pero no las personas recién llegadas o en tránsito.
La viruela del mono. Hasta ahora se consideraba que este virus no afectaba a humanos y se están dando brotes. También se están dando brotes del virus de Lassa.
El virus de la lengua azul afecta principalmente a ovejas, a las que ocasiona infecciones graves, pero también a caballos y a vacas, aunque en estos dos últimos casos la infección es leve. Aparte de esto, no hay precedentes de saltos ni hipótesis de que pueda hacerlo. Sin embargo, afirmar que un virus no tiene ni tendrá posibilidades de saltar es engañar, porque en biología todo puede pasar. Lo que sí podemos decir es que no hay casos documentados. En ese aspecto estamos tranquilos.
Influyen muchos factores. Pero debemos tener en cuenta que cualquier organismo restringe la entrada de invasores. En el caso de los mamíferos, el sistema inmunológico es muy complejo y redundante. Para una sola acción hay muchos mecanismos, de forma que si falla uno responde otro. Es como una ciudadela con una barrera tras otra. Para que un virus pueda producir una infección necesita romper un montón de barreras.
El virus de la gripe usa una estrategia muy inteligente. Su genoma no es continuo sino segmentado, lo que le permite intercambiar segmentos con otros tipos de virus de la gripe. Es lo que se llama reassortment: se barajan los segmentos como si se barajaran cartas, y siempre acaba apareciendo una mutación que tiene más éxito y se replica más. Por otro lado, y como todos los virus, genera errores en la replicación, errores que dan mayor variabilidad genética y mutaciones que aportan beneficio al virus. Todo eso contribuye a su éxito.
Lo que pasa con la gripe aviar no es habitual. De hecho, seguro que alguna vez hemos comido carne de cerdo con peste porcina clásica y africana, y el virus nunca ha saltado. Cada especie de virus tiene sus propios hospedadores y lo anormal es que salte. Los virus son «caprichosos» con sus hospedadores, suelen tener mayor predilección con nos que con otros.
Los birnavirus no son relevantes a nivel alimentario pero sí a nivel industrial porque causan muchas pérdidas. Es muy difícil que no haya una granja de aves que no esté afectada por este tipo de virus. Pero no afecta a mamíferos ni nunca ha saltado. Tenemos una gran suerte de ello porque es un virus muy resistente. Los birnavirus provocan inmunosupresión y afectan a diferentes especies, algunas con infecciones más
graves que otras. A los peces les puede provocar lesiones muy graves. Se ha probado alguna vacuna para los peces pero todavía se sabe poco de su sistema inmunológico. Es de esperar que con el auge de la acuicultura este tema cobre cada vez mayor relevancia.
Aún asumiendo que la actual situación de alerta sea comprensible, José Francisco Rodríguez Aguirre entiende que los tintes alarmistas que está adquiriendo la actual crisis de la gripe aviar son excesivos. «Se le da mucha importancia al virus de la gripe aviar, pero en realidad su tasa de mortalidad es muy baja, sobre todo si se compara con la de los rotavirus», explica. Pero como que se trata de una infección que afecta principalmente a países pobres, denuncia, «no se les da importancia».
Según el Centro Nacional para el Control de Enfermedades de Atlanta, en Estados Unidos, el rotavirus es la causa más común de diarrea severa en niños. Cada año, según datos de este organismo, provoca la muerte de más de 600.000 niños a nivel mundial. La enfermedad se caracteriza por vómito y diarrea acuosa durante 3 a 8 días, con fiebre y dolor abdominal.
Las infecciones por rotavirus, que entran por vía intestinal, tienen mucho que ver con la falta de limpieza y de agua potable. Medidas higiénicas y tratamientos adecuados podrían reducir sustancialmente las actuales tasas de incidencia y de mortalidad.
En otro orden de cosas, uno de los temores generados con la gripe aviar es que el virus pueda cambiar su vía de entrada a los organismos y penetrar por vía alimentaria. Y, aunque es sabido que la muerte del hospedador, el ave en este caso, supone la muerte del virus, y que tanto la cocción como la acidez de nuestro sistema digestivo destruyen al hipotético virus superviviente, la pregunta que la gente de la calle se hace es: ¿pero aún así podría pasar que cambiara su vía de acceso? «Sería algo rarísimo», asegura Rodríguez Aguirre.