La red europea Eurosurveillance ha informado recientemente de la existencia de brotes de infección por virus entéricos en colegios de Portugal. La información recopilada se pretende que sirva para establecer medidas preventivas que puedan ser de aplicación en la Unión Europea. Del mismo modo, pone de manifiesto que brotes de estas características podrían evitarse mediante unas buenas prácticas higiénicas y por la concienciación de los propios padres para que no lleven a la escuela a niños enfermos.
El brote comunicado por Eurosurveillance fue dado a conocer por las autoridades sanitarias portuguesas a mediados del pasado mes de enero y se registró en un centro educativo de la zona norte del país, en concreto en Póvoa do Varzim. De acuerdo con el comunicado de las autoridades lusas, el brote afectó tanto a estudiantes como a profesores, con 63 personas afectadas, aunque probablemente el número de casos, incluyendo los asintomáticos, fuera sensiblemente superior.
Los síntomas más característicos estaban dominados por la presencia de vómitos y de diarrea. Tras la toma de muestras se confirmó la presencia de norovirus, siendo el primer brote confirmado por estos agentes en el país vecino.
Las autoridades sanitarias, después de recoger datos preliminares y entrevistar a los responsables del centro, prohibieron la asistencia al colegio de los niños afectados, al menos, tras 48 horas después de la desaparición de los síntomas. Como medidas preventivas, impusieron unas estrictas medidas de higiénicas personales y de las instalaciones, no sólo de las cocinas, sino también de los sanitarios.
Posteriormente se tomaron muestras de agua del grifo y de la superficie de cinco platos utilizados habitualmente en la cocina. Además, se tomaron muestras del personal de la cocina, tanto a nivel naso-faríngeo como de las manos y de las heces de los afectados. En paralelo, y dado que los problemas víricos por norovirus tienden a prolongarse en el tiempo por transmisión de persona a persona, se realizó un seguimiento durante dos meses para verificar la aparición de casos no primarios.
Presencia de norovirus
Los norovirus generan patología entérica que puede prevenirse mediante las adecuadas medidas higiénicas
Los análisis revelaron la presencia de norovirus en diversas muestras, pero en todos los casos procedentes de muestras humanas fecales. Sin embargo, no se detectó la presencia de estos virus en muestras naso-faríngeas, de agua ni de superficies. Los virus fueron identificados mediante técnicas moleculares, por lo que se descartó cualquier error de identificación, y tipificados por varios laboratorios diferentes.
Se confirmaron mediante aislamiento 31 casos, señalándose la presencia de vómitos en el 87% de las personas afectadas, seguidos por dolores abdominales (68%), náuseas (58%), diarrea acuosa (52%), fiebre leve (42%) y dolor muscular (23%). Todos los pacientes (4) que no tuvieron vómitos, manifestaron diarrea líquida. La mayoría de ellos describieron los síntomas como suaves, necesitando asistencia médica 11 de los afectados, aunque no se recogió ningún ingreso hospitalario. Todos los síntomas desaparecieron tras un período de tiempo comprendido entre uno y doce días.
Tanto los estudiantes como los profesores y el personal de administración comieron en el colegio y en todos los casos comieron lo mismo durante todo el período del estudio, por lo que la exposición fue la misma.
Contaminación cruzada
Los casos que se describieron en los escolares ocurrieron durante una misma semana (16 casos), mientras que 9 más se produjeron por contaminaciones en el entorno doméstico en semanas siguientes. Así, los primeros dos casos fueron un padre y su hijo. El niño, con signos clínicos, acudió al colegio, aislándose norovirus en las muestra fecales de la hermana, que también acudía al colegio, aunque sin manifestar síntoma alguno.
Posteriormente, se detectaron casos entre los niños del colegio, familiares que no tuvieron contactos con otras personas de la escuela, e incluso, entre familiares que no tenían niños o que convivían con profesores del centro. Mientras que hubo una recomendación para que los niños afectados no acudiesen al colegio, no fue así para los profesores, detectándose que éstos vehicularon en varias ocasiones el virus hacia personas sanas.
Con todos estos datos, no se pudo definir que el brote tuviese un origen de tipo alimentario o bien debido al agua. Más bien, los datos parece que apuntan a una transmisión de persona a persona, por lo que probablemente, después de un primer brote de tipo familiar, los niños afectados transmitieron los virus al personal y compañeros del colegio. De esta forma, se produjo una distribución general al resto de los alumnos y personal del colegio, que a su vez, lo volvieron a repartir en sus respectivas familias.
Vías de transmisión
De entre las diferentes vías de contaminación, tanto los vómitos como las heces diarreicas son las más claramente asociadas en los procesos de transmisión de persona a persona. Los datos dejaron claro que el inicio del brote tuvo lugar, en el colegio, a partir del primer niño con síntomas. No está claro si su hermana, también portadora aunque sin síntomas, pudo vehicular también el proceso.
En estos casos, parece evidente que los vómitos son una de las principales vías de transmisión, evidentemente, por su imposibilidad de controlar en la mayoría de los casos, y por su distribución con contaminación de superficies, materiales de limpieza y personas. Ésto lleva a una introducción masiva de virus en el ambiente escolar, que actuó posteriormente como acumulador y distribuidor a los ambientes familiares, dirigiendo el brote hacia un área mucho más amplia que la inicial.
La enfermedad se distribuyó a cada uno de los grupos escolares, tanto por contacto directo o por contaminaciones y recontaminaciones domésticas. Se desconoce el papel que jugaron los portadores asintomáticos en este proceso, ya que si bien pueden transmitir los virus por unas malas medidas higiénicas, mientras se está desarrollando un proceso con personas clara y manifiestamente afectadas, los restos contaminados han de jugar un papel principal.
La elevada tasa de ataque, con una alta cifra de personas afectadas en cada grupo escolar, revela por otra parte un elevado número de contactos con personas enfermas por el virus, lo que implica un contacto casi constante con las partículas víricas. La fenomenología, según admitieron las autoridades sanitarias lusas, es cuando menos sorprendente sobre todo cuando entre los síntomas más evidentes se encuentran los vómitos. En estas condiciones el contagio de persona a persona debería ser más dificultoso.
El brote de norovirus detectado en la escuela portuguesa de Póvoa do Varzim presenta características de interés para el establecimiento de medidas preventivas, en su mayor parte de carácter higiénico y simples de seguir. La primera de ellas, esencial para evitar contagios, es el control del problema en los niños. Cuando en una familia un niño manifiesta vómitos o diarrea, no se le debe llevar al colegio, aún cuando los síntomas sean leves. El niño debe permanecer en casa hasta que hayan transcurrido al menos 48 horas desde que los síntomas hayan desaparecido. Es evidente que en el brote luso el inicio tuvo lugar por no seguir esta recomendación.
Es probable que los imperativos que configuran la sociedad actual, en la que trabajan tanto los padres como las madres, hagan especialmente complejo el poder atender estas situaciones. Pero es seguro que si no se sigue esta recomendación básica pueden surgir problemas de salud pública de primer orden.
Del mismo modo, es muy importante el control de las medidas higiénicas. Estos virus se transmiten con facilidad de persona a persona, especialmente si quedan restos fecales en las manos de las personas que sean portadoras asintomáticas. Por ello, es especialmente importante el adecuado lavado de las manos tras utilizar los sanitarios, lo cual implica una mayor atención de los niños en su higiene personal.
No obstante, no es sólo un problema de los niños. En el brote de Portugal se ha evidenciado también una transmisión entre adultos, por lo que no está de más el refrescar las medidas higiénicas que seguimos cada uno de nosotros para intentar controlar más eficazmente estos casos en el futuro. La instauración de medidas de higiene personal estrictas es esencial.
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