La Unión Europea (UE) ha aceptado la creación de áreas protegidas en las que no existirán cultivos transgénicos. Además, algunos países han votado a favor de adoptar otras medidas para hacer frente a las preocupaciones planteadas por el cultivo de organismos modificados genéticamente (OMG).
El comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, señaló al término de la reunión con los ministros europeos del ramo que resulta «vital que los países europeos desempeñen un papel activo en la evaluación de riesgos derivados de los OGM». La medida anunciada permitirá a los Estados miembros establecer áreas protegidas sin OMG, destacaron los ministros franceses de Medio Ambiente y Ecología, Jean-Louis Borloo y Nathalie Kosciusko-Morizet, cuyo país preside la UE.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, sus siglas en inglés) será la encargada de autorizar los cultivos transgénicos en la UE, lo que provocó controversia entre los países miembros a causa del desconocimiento de los efectos de los OGM a largo plazo sobre la salud. Por ello se solicitó un nuevo sistema de evaluación sobre sus impactos.
Los Estados miembros también abogaron por el establecimiento de los umbrales de presencia de OMG en semillas convencionales como garantía para los usuarios, de forma que exista la posibilidad real de elegir entre semillas modificadas genéticamente, convencionales y ecológicas.