La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado nuevas recomendaciones dirigidas a garantizar la salubridad del agua potable. Según la organización sanitaria internacional, la contaminación de agua se detecta muchas veces después de la aparición de una crisis de salud pública, cuando ya ha afectado a las personas.
La OMS ha actualizado las directrices para la calidad de agua potable, cuyo objetivo es que ayude a los reguladores y proveedores a garantizar y mejorar la calidad del agua. Las nuevas condiciones permitirán adoptar nuevas medidas de salud pública para enfocar la prevención de la contaminación microbiana y química de las provisiones de agua, asegura, Kerstin Leitner, director general para el Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la OMS. Esto será aplicable tanto a la red fluvial urbana de EEUU, por ejemplo, como en pozos de países en vías de desarrollo.
Según la OMS, los brotes provocados por microbios en el agua potable pueden afectar a cientos de miles de personas. Recientemente, tanto las comunidades grandes como pequeñas de países desarrollados han sido afectadas por agua potable contaminada. En Canadá, por ejemplo, se han registrado brotes provocados por E. coli O157 y Campylobacter. En EEUU, Japón y Francia se han detectado hace poco brotes provocados por Cryptosporidium.
Las nuevas directrices representan así un cambio de paradigma sobre cómo manejar la provisión de agua potable, tanto en los países en vías de desarrollo como en países desarrollados. La nueva edición ha repasado y revisado los valores recomendados para los límites químicos en el agua potable. Así, reconfirma valores de pauta para más de 100 sustancias químicas. Las directrices disponen de accesos prácticos para excluir algunas sustancias químicas, informa la OMS.