Investigadores del Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra (UNAV) han editado un libro que recoge los últimos avances en Brucella, la bacteria que causa la brucelosis y que está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las zoonosis bacterianas más extendidas del planeta. Al frente de la obra figura Ignacio López-Goñi, microbiólogo e investigador del Instituto de Salud Tropical de la UNAV, que ha contado con la colaboración de con David O’Callaghan, investigador de la Universidad de Montpellier (Francia).
En el estudio, publicado con el título «Brucella: Molecular Microbiology and Genomics», han colaborado treinta y cuatro investigadores de Europa y América que recogen los avances más recientes sobre la investigación en Brucella, basados en las nuevas tecnologías de genómica, proteómica y microarrays.
En la actualidad, se conocen ya los genomas completos de más de cuarenta tipos distintos de Brucella, «lo que permite a los investigadores avanzar en el conocimiento de este importante patógeno y diseñar nuevos métodos de diagnóstico molecular», destacó la UNAV. Además, todas estas nuevas técnicas ayudan a entender cómo es esta bacteria en su conjunto, cómo funciona, qué genes o qué funciones son esenciales para ella, y por qué produce la enfermedad, añadió.
«Si conocemos mejor la biología de Brucella y descubrimos cómo es capaz de multiplicarse dentro de los macrófagos, que son las células de nuestro organismo encargadas de destruir bacterias, podremos diseñar en el futuro estrategias para combatir la enfermedad y desarrollar nuevos sistemas de diagnóstico y nuevas vacunas», señaló López-Goñi.
La UNAV explicó que su Instituto de Salud Tropical, en colaboración con las facultades de Medicina, Ciencias y Farmacia de la propia Universidad, trabaja en la búsqueda de una solución a esta enfermedad. «Brucella no es la típica bacteria que produce una toxina y mata las células. Su comportamiento es mucho más sutil: es un patógeno adaptado a vivir dentro de las células del huésped y pasar desapercibida». De ahí la importancia de conocer bien su biología, indicó López-Goñi.