Los colorantes alimentarios han sido, desde sus inicios, los aditivos más estudiados desde el punto de vista de la inocuidad. Su función es ornamental, apenas sirven para potenciar el atractivo de alimentos y bebidas. Son minúsculas partículas naturales (de origen vegetal, mineral o animal) o artificiales (compuestos sintetizados químicamente), cuya seguridad ha reevaluado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para garantizar un consumo sin riesgos.
Los colorantes se codifican con la letra E y un número entre 100 y 180. La legislación sobre su uso en los alimentos varía mucho de un país a otro ya que sus efectos secundarios resultan confusos y no se logran unificar criterios. Mientras en Reino Unido se plantea que se dejen de utilizar algunos por sus efectos nocivos, según publica el periódico «The Guardian» tras los resultados del último estudio realizado por la Universidad de Southampton, en otros países se consideran inocuos para la salud al comprobar que su ingesta no provoca efectos secundarios.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha tomado parte y ha actualizado la evaluación acerca de los riesgos de algunos colorantes alimentarios artificiales, tras analizar los resultados de otro estudio publicado en «The Lancet». Éste asegura que el uso de los colorantes amarillo de quinoleína (E104), amarillo anaranjado (E110) y Ponceau 4R (E124), tartrazina (E102), Azorrubina/carmoisina (E122) y Rojo Allure AC (E129) no es del todo fiable.
Dónde se utilizan
Todos los colorantes admitidos por las autoridades pasan estrictos controles de seguridad y sólo se usan en alimentos cuando han superado las pruebas de toxicidad de manera satisfactoria. En general, se emplean colorantes artificiales porque la obtención de sustancias naturales es un proceso muy delicado, caro e insuficiente para abastecer toda la demanda de la industria. Estos compuestos, además, evitan muchas reacciones alérgicas porque el cuerpo humano tiene mayor facilidad para reconocerlos, pero no quedan exentos de posibles efectos secundarios.
La EFSA concluye que no hay relación entre la ingesta de ciertos colorantes y las reacciones alergénicas
Los seis colorantes artificiales analizados por la EFSA se utilizan, sobre todo, en productos de confitería, postres, panadería o refrescos, aunque su uso puede ser muy disperso.
La quinoleína se halla también en gaseosas o pescado ahumado, es de color amarillo y puede causar alergias. El amarillo anaranjado, de color más apagado y uno de los más alergénicos, se usa en mermelada de albaricoque, batido de chocolate, sopas instantáneas o harina para rebozar. El ponceau 4R es un colorante rojo, también muy alergénico, que aporta color al alimento y puede intensificar los síntomas del asma al ser un liberador de histamina. La taratrazina es de color amarillo limón y se emplea en helados, refrescos en polvo, jarabes o dulces. La azorrubina, roja y con efectos similares al ponceau 4R, se utiliza en las gelatinas en polvo. El rojo Allure es muy soluble en agua y se usa en los productos cárnicos y de confitería.
Modificaciones en la ingesta diaria
El dictamen de la EFSA concluye que se carece de pruebas científicas suficientes para demostrar una relación directa entre el consumo de estos colorantes y las reacciones de intolerancia y alergénicas en los consumidores. Determina que los admitidos hasta ahora todavía son aptos y descarta cualquier peligro para el consumidor mientras no se supere la ingesta diaria admisible (IDA), que modifica en tres casos.
Para el amarillo de quinoleína (E104), los límites se reducen a la mitad (de 0-10 mg/kg de peso corporal por día a 0-5 mg/kg). El amarillo anaranjado (E110) pasa de 0-2,25 mg/kg a 0-1,0 mg/kg de peso corporal por día y el Ponceau 4R (E124), de 0-4 a 0,7 mg/kg. Estas muevas ingestas diarias recomendadas se han determinado en función de los niveles de toxicidad constatados en diferentes estudios con animales, aunque tienen en cuenta un amplio margen de seguridad para el ser humano.
El Comité considera que con los datos del estudio no es preciso un cambio en la IDA de los otros tres colorantes. Sin embargo, alerta del riesgo de sobrepasarla, sobre todo en niños que consumen elevadas cantidades de alimentos y bebidas que contienen Azorrubina o Rojo Allure. Siempre es aconsejable una alimentación sana y equilibrada.
Los colorantes naturales más utilizados son:
- Curcumina (E100). Se obtiene a partir de las raíces y los tallos de la cúrcuma. Es de color amarillo y da este tono al polvo de curry. Su ingesta máxima es de 1mg/kg.
- Riboflavina (E101). Es amarillo y se utiliza en una gran variedad de alimentos: leche, huevos y vegetales. Puede elaborarse también de manera artificial, es poco soluble en agua y su ingesta máxima diaria es de 0,5 mg/kg de peso corporal.
- Ácido carmínico (E120). De color rojo y aislado en los insectos “Coccus cacti”, es muy soluble en agua. Su ingesta máxima diaria es de 5 mg/kg de peso corporal.
- Carbonato de calcio (E170). Es un mineral blanco de origen natural que se utiliza para recubrir superficies, como agente antiapelmazante y como estabilizador en frutas enlatadas.
- Rojo de remolacha (E162). Se elabora a partir de la remolacha. No hay peligro en su consumo porque el ser humano lo excreta por la orina. Se obtiene a partir de una mezcla muy compleja, en la que se desconocen todos sus componentes, y se utiliza en productos de repostería, helados, derivados lácteos, conservas vegetales o mermeladas. No se han detectado efectos nocivos en su consumo, por lo que tampoco se ha fijado una ingesta diaria admisible.