Más de 22 millones de niños de menos de 5 años tienen obesidad o sobrepeso, 17 millones de los cuales viven en países en vías de desarrollo. Cada uno de estos niños se encuentra en alto riesgo de padecer diabetes tipo 2, según información difundida con motivo del Día Mundial de la Diabetes que se celebra el 14 de febrero.
El Día Mundial de la Diabetes enfoca este año el problema que están aumentando en forma epidémica en la infancia y que está directamente relacionado con la aparición temprana de la diabetes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Diabetes (FID), las enfermedades crónicas son una barrera para el desarrollo económico. Mientras que la desnutrición es un problema clave para muchos de los países en vías de desarrollo, los gobiernos se enfrentan también al hecho de que muchos niños comen mal.
La relación entre obesidad y diabetes está científicamente establecida. El 90% de las personas con diabetes padece la forma más común, llamada diabetes tipo 2, y la gran mayoría de estas personas son obesas o tienen sobrepeso. Por eso, «atacar la obesidad infantil ahora es una forma efectiva de prevenir la diabetes en el futuro», asegura Catherine Le Gales-Camus, del área de Enfermedades no Transmisibles de la OMS, quien reconoce además que «el coste directo en cuidados de salud de la diabetes ya consume entre el 2,5 y el 15% del presupuesto anual en salud en muchos países».
La OMS está trabajando con los países para implementar la Estrategia Global sobre Dieta, Actividad Física y Salud, adoptaba durante la última Asamblea Mundial de Salud. Esta estrategia recomienda cambios a nivel individual, comunitario y nacional para modificar el camino de la epidemia de obesidad, a través de cambios en hábitos de vida, hábitos que han llevado a que aumentara en forma alarmante la población infantil con obesidad y sobrepeso.
El profesor Pierre Lefèbvre, presidente de FID, dijo que «los niños y adolescentes que tienen sobrepeso tienden a ser adultos con sobrepeso. Malos hábitos de nutrición y la falta de actividad física ponen a los niños en riesgo de, además, padecer altos niveles de glucosa en sangre, hipertensión y, en el futuro, diabetes. Ya muchos médicos diagnostican esta afección en la adolescencia, cuando normalmente se diagnosticaba en adultos o personas mayores».
Para abordar las altas tasas de prevalencia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) creó la Iniciativa de Diabetes para las Américas (DIA), cuya meta principal es reducir la carga social y humana de la diabetes en la población de las Américas. Como antecedente, en 1996 se lanzó la Declaración de las Américas sobre Diabetes (DOTA), avalada por un grupo formado por la OPS, la FID, entidades privadas y organismos nacionales e internacionales vinculados a esta enfermedad. Su objetivo es promover una mejor salud y calidad de vida en personas con diabetes.