Una multinacional italiana ensaya, en la finca experimental que el Centro de Innovación y Tecnología de la Agroindustria (Adesva) posee en Huelva, la adaptación al cultivo de la planta de fresa de un plástico acolchado biodegradable, según informó Andalucía Investiga, que indicó que los resultados se conocerán al finalizar la campaña. Este nuevo material, que sustituiría al plástico convencional, ya se emplea en cultivos hortofrutícolas de países como Italia, Alemania y Francia.
Las fresas «se cultivan en lomos de tierra cubiertos por lo que se conoce como plástico acolchado negro. Al finalizar la temporada, este material no es reutilizable y se requiere la contratación de otra empresa especializada para la gestión de este residuo generado. Esto supone un importante incremento de costes para el agricultor», explicó Magdalena Torres, ingeniera responsable del proyecto.
El nuevo producto, que se instala con la misma maquinaria que el habitual, está compuesto por una resina que se desintegra y degrada en el suelo. «Lo ideal es que dure en buenas condiciones lo que abarca la temporada: seis o siete meses. Después, este plástico se rompe y se incorpora al suelo, mezclándose con la tierra y degradándose por efecto del tiempo, de la luz, y aportando material orgánico al mismo por la acción de los microorganismos, que actúan sobre ese material y lo destruyen», añadió Torres.
El principal objetivo del proyecto es comparar la eficiencia de este acolchado con el tradicional de poliolefina negra, que habitualmente se instala en los invernaderos de producción fresera, así como su influencia sobre la producción y la calidad del producto.