En España la incidencia de intoxicaciones por setas podría estimarse en 200 a 400 casos al año. De ellas, casi la mitad no llegan a ser vistas en los hospitales; el resto presenta síntomas lo bastante alarmantes como para un ingreso por urgencias. Al menor síntoma o sospecha conviene actuar de forma rápida: algunas setas son hepatotóxicas y sus consecuencias pueden ser mortales. Salomé Ballesteros, médico, es la experta en setas del Servicio de Información Toxicológica del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Su trabajo consiste en atender llamadas de toda España de pacientes, familiares, personal del 112 y, sobre todo, de colegas médicos, tanto de centros de atención primaria, como de urgencias o de las UCIs hospitalarias, en busca de asesoramiento. ¿Cuántas? “Entre 150 y 200 llamadas en un turno de siete horas, atendidas por dos médicos”, dice. “Un poco estresante, sí”. De todas esas llamadas, las que narran una intoxicación por setas no llegan al 1%, pero requieren mucha atención. “No son importantes por el número, pero sí por la gravedad. Un tercio de las llamadas por setas son por Amanita phalloides y setas de similar toxicidad, que son letales”, señala Ballesteros, y recuerda el dicho: “Hay viejos buscadores de setas y osados buscadores de setas; pero no hay buscadores de setas viejos y osados”.
Se distinguen dos tipos de síndromes en función del tiempo que tardan en aparecer los síntomas. Si aparecen en menos de seis horas, que es un periodo corto, la intoxicación suele ser leve. Uno de los cuadros clínicos dentro de este síndrome es la gastroenteritis: náuseas, vómitos… Si los síntomas aparecen más tarde, además de problemas digestivos puede aparecer toxicidad hepática, que sin tratamiento puede ser mortal. El órgano afectado es el hígado: suben las transaminasas, el paciente se pone amarillento… como en una hepatitis.
Sí, pero también lo provocan otras setas menos conocidas, como las lepiotas y las galerinas, que también son letales.
Lo importante es evitar el riesgo de deshidratación, sobre todo en ancianos o niños. Para ello es necesario reponer líquidos, tomar bebidas azucaradas. Hay un síndrome con un período de incubación corto, que ahora se está viendo más que antes: el llamado sudoriano, que se caracteriza por que el paciente suda muchísimo, moja las sábanas. Lo producen Inocibes y Clitocibes, que aparecen en el césped de los jardines, en las praderas… Creo que ahora se da mucho porque la gente las confunde con setas de cardo.
“En las intoxicaciones leves por consumo de setas hay que evitar el riesgo de deshidratación y en las graves acudir de inmediato a un centro hospitalario”
El tratamiento es hospitalario: además de reponer líquidos hay que usar determinados antídotos específicos. Por eso se recomienda a los aficionados a las setas guardar siempre un pedazo, para identificar rápidamente la especie. Si no se tiene se puede hacer un análisis de orina buscando las amanitinas, pero esto no suele estar disponible en los laboratorios. Otra posibilidad de identificación es buscar las esporas en las heces o en los vómitos, pero esta práctica no da buenos resultados de acuerdo con la experiencia acumulada de más de 15 años en la Sección de Biología del Instituto de Toxicología.
Porque el tratamiento con antídotos es muy específico. A veces ocurre que se sospecha una intoxicación por setas y se administra un antídoto, con lo que el paciente tiene que pasar días en el hospital con un tratamiento muy agresivo, pero al final resulta que la seta estaba en mal estado y no era hepatotóxica.
En novatos. Hay gente que ni siquiera sabe que hay setas tóxicas. Aunque se dan también en familias experimentadas: han recogido setas y el experto ha cogido también algunas tóxicas para estudiarlas, pero luego en la nevera no están bien separadas, o se mezclan en la cesta, y se produce la intoxicación. También son frecuentes las intoxicaciones en grupo, porque los aficionados suelen ser muy generosos, invitan mucho… En las urgencias de los hospitales hay que tenerlo en cuenta, porque allí se ve al que está peor, pero es posible que haya alguien más en casa desarrollando un síndrome por intoxicación. Y si es debido a Amanita phalloides… Y además cuando les preguntas se suelen acordar solo de la comida más reciente, la cena, por ejemplo, pero a lo mejor también comieron a mediodía. Y como en las intoxicaciones graves los síntomas aparecen más tarde hay que ser muy cuidadoso al realizar la historia clínica.
“En España se dan alrededor de un millar de especies de setas, de las que un centenar son tóxicas”
No, no hay ninguno. Ni lo de que la cucharilla de plata se ennegrece, ni lo de que si están mordidas por animales son buenas… Todo eso es falso. Solo sirve conocerlas bien y recolectar las identificadas como comestibles.
No, se mantiene constante. Hace un año se dieron varios casos de setas alucinógenas, pero sobre todo era gente joven que las compraba en otros países o a través de Internet. También ha sucedido que van en busca de setas alucinógenas silvestres y las confunden con Cortinarius, que son muy tóxicas y provocan insuficiencia renal.
Se suele decir que hay sociedades micófilas y micófobas; Galicia, por ejemplo, es de este último tipo, mientras que en Cataluña hay mucha afición a las setas. Las intoxicaciones suelen darse en las áreas de transición, donde está empezando la afición a las setas. Se ve que quienes las aman o las odian al menos las conocen bien…
No, los restaurantes suelen servir setas cultivadas, o muy bien conocidas. El único problema sería que estuvieran en mal estado o contaminadas con microorganismos patógenos, como cualquier otro alimento.
De entre los 200 y 400 casos de intoxicaciones por setas al año en España (según la revista de la Guardia Civil) sólo la mitad ingresan en urgencias. De éstas, el 40% son graves, con una mortalidad de alrededor del 10%. Un 50% son gastroenteritis, más o menos severas, que en general se solucionan sin complicaciones en un par de días; el 10% restante son diversos tipos de intoxicaciones en general de escasa gravedad.
Las intoxicaciones más graves se deben a Amanita phalloides y a algunas especies de los géneros Galerina y Lepiota. Todas tienen las mismas toxinas, las amatoxinas. La dosis letal para el ser humano es muy baja y se calcula en 0.1 mg/kg de amatoxinas, lo que significa que un solo ejemplar de 20-30 g puede producir la muerte de un adulto previamente sano, de no mediar el tratamiento adecuado.
En España se dan alrededor de un millar de especies de setas, de las que un centenar son tóxicas. Cabría esperar que en un campo tan trillado, y con tantos aficionados, quedara ya poco por descubrir. Pero no es así. “Claro que se siguen encontrando cosas nuevas”, señala Ballesteros. Una de ellas es la toxicidad de la llamada seta de los caballeros, muy apreciada pero que parece haber sido la causa de una docena de intoxicaciones, de ellas dos letales, en Francia. El caso es analizado la revista especializada The New England Journal of Medicine. En un artículo advierte de que “los médicos deberían estar preparados ante la posibilidad de rabdomiolisis [un síndrome muscular] severa después del consumo repetido de T. equestre“.
Las setas más tóxicas que producen mayor número de casos son las heaptotóxicas. Las especies que producen este cuadro son Amanita phalloides, Amanita verna y Amanita virosa, además de las del género de las pequeñas lepiotas (Lepiota brunneoincarnata) y Galerina (Galerina marginata). Otros cuadros clínicos graves son los nefrotóxicos (causados por Cortinarius) y los originados por las giromitras.
La popular Amanita muscaria, la seta de los enanitos, produce un cuadro de palpitaciones, dilatación pupilar, vómitos y náuseas y rara vez alucinaciones y toxicidad neurológica. Es conveniente que las personas que la hayan ingerido y sean valorados en un servicio médico.