El Proyecto HELENA (Healthy Lifestyles in Europe by Nutrition in Adolescente) ha sido diseñado para comprender y mejorar de forma eficaz los hábitos nutricionales y el estilo de vida de los adolescentes en Europa. Financiado por la Comisión Europea, este proyecto estudiará a jóvenes de 13 a 16 años usando la misma tecnología en diez países diferentes.
El estudio, coordinado por Luis Moreno, de la Universidad de Zaragoza, permitirá desarrollar un programa educativo sobre el estilo de vida de este sector de la población. Los expertos parten de la idea de que muchas enfermedades no transmisibles tienen su origen en la infancia o adolescencia. Sin embargo, la relación entres estas enfermedades y el estilo de vida y comportamiento de los adolescentes, la fisiología, la genética y los factores medioambientales es compleja y no se conoce bien, reconoce el Consejo Europea para la Alimentación (Eufic).
El proyecto HELENA propone un enfoque integrado del problema, según el cual una serie de estudios multicéntricos estudiarán la amplia gama de factores interrelacionados: consumo alimentario, conocimientos sobre la nutrición, actitudes frente a la alimentación, elección y preferencias de alimentos, composición corporal, nivel de lípidos en el plasma y perfil metabólico, estado vitamínico, función inmunitaria relacionada con el estado nutricional, actividad y forma física y genotipo.
El último punto permitirá, aseguran los expertos, examinar las relaciones entre la predisposición genética de un individuo y el medio ambiente, por ejemplo, investigando la propensión de las personas obesas a desarrollar otras enfermedades asociadas con la obesidad, como la diabetes o la enfermedad cardiaca coronaria.
Un aspecto novedoso de HELENA es el uso del enfoque de la «lógica difusa» (fuzzy logi) en una intervención personalizada por ordenador con el fin de prestar asesoramiento individualizado para optimizar los hábitos alimentarios de los adolescentes. El método de evaluación de la dieta necesario para desarrollar esta herramienta se validará empleando los datos transversales sobre consumo alimentario.
Una parte del proyecto consiste en determinar qué individuos corren el riesgo de padecer trastornos alimentarios, perfiles anormales de lípidos en la sangre, obesidad, diabetes tipo 2 o carencia de algunas vitaminas y minerales, como anemia por falta de hierro. Este proceso comprende la búsqueda de vínculos genéticos.
Los socios industriales podrán desarrollar productos alimenticios con propiedades saludables destinados a los adolescentes, que además resulten atractivos por sus características organolépticas y su presentación. Uno de los objetivos es establecer o entender lo que los adolescentes consideran alimentos «tradicionales» para después ver si éstos podrían ser reincorporados a la dieta de los adolescentes europeos.