Un grupo de vacas de Buenos Aires han sido clonadas por expertos argentinos, y las han dotado de la capacidad de producir la hormona humana del crecimiento. Los expertos confían en que este hallazgo suponga un avance de lucha contra el enanismo hipofisario.
Se trata de un problema generado por la falta de la glándula hipótesis, responsable de segregar la hormona responsable del desarrollo de los huesos de las extremidades. Ahora, los expertos han desarrollado esta hormona utilizando vacas de la raza Jersey, que poseen una importante capacidad de producción lechera, entre otros beneficios. La primera vaca clonada nació en el año 2002 con el «propósito de crear una matriz con las características deseadas», reconoce Eduardo Criscuolo, director ejecutivo de Biosidus, empresa responsable del proyecto.
Al cabo de un mes del nacimiento de la vaca, los expertos repitieron el proceso de clonación, insertando ahora en el núcleo de una célula de la vaca clonada el gen humano que estimula a la hipófisis. Los expertos han hecho posible, a través de un sofisticado proceso de codificación, que la vaca clonada produzca la hormona en las glándulas mamarias y secretarla en la leche. El resultado ha sido otra vaca clonada y transgénica a la vez que tiene, en su leche, siete g de somatropina por cada litro de leche.
Actualmente, Biosidus cuenta con 18 bovinos clonados y transgénicos. Con ello, los expertos de la empresa han conseguido reducir el precio del fármaco mediante la producción masiva a través de un biorreactor como la vaca, cuya alimentación se basa en alfalfa y avena fresca. Para los responsables del hallazgo, a pesar de que «la inversión inicial para crear un stock de vacas clonadas ronda los cinco millones de dólares, la rentabilidad del sistema superará a los métodos tradicionales de producción de somatropina», informa El Mundo.