Los desastres naturales que han afectado a Haití y a Chile han animado a cientos de personas a prestar su ayuda. Unos han donado dinero, otros se han desplazado hasta el lugar del desastre y hay quien ha colaborado sin moverse del país e, incluso, de su propia casa. Acudir al lugar donde se produce un terremoto u otra catástrofe requiere experiencia. Por ello, quienes carecen de ésta pueden colaborar de otras maneras. Es posible atender las llamadas telefónicas de los donantes, participar en actividades de sensibilización, organizar eventos para recaudar dinero o practicar voluntariado virtual.
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Tras el terremoto de Haití, un buen número de ONG ha rechazado el ofrecimiento de numerosas personas que se han prestado como voluntarias para acudir al país. Las organizaciones han recordado que hace falta mucho más que buena voluntad y han propuesto alternativas. Cuando no se viaja hasta el lugar donde ha ocurrido una catástrofe, es posible ayudar de otra manera.
Las entidades que recaudan dinero para paliar las consecuencias de estas catástrofes necesitan personal que atienda las llamadas telefónicas de los donantes. Sobre todo los primeros días, las llamadas son insistentes. Los voluntarios de Cruz Roja permanecen activos «las 24 horas del día, todos los días de la semana y desde los distintos centros de coordinación».
Algunas ONG necesitan personal para atender las llamadas telefónicas de los donantes
Otras opciones son colaborar en las actividades de sensibilización que plantean las entidades, como charlas o acciones en colegios y dirigidas a la población en general, y organizar actos para recaudar fondos. Estos últimos son cada vez más frecuentes, en forma de obras de teatro o conciertos, que se diseñan en colaboración con una ONG y para un fin concreto.
Estas últimas semanas varios colegios han participado en recitales, cuya recaudación se ha destinado íntegra a una ONG o a varias para colaborar en el desarrollo de acciones en Haití. En unos casos, en los conciertos han tomado parte los alumnos, en otros tan sólo el coro de la escuela y también algunos cantantes profesionales han prestado su colaboración. Movimiento por la Paz, Solidaridad Internacional e InteRed Catalunya son tres entidades que han ayudado en la organización de estos eventos, que sirven a la vez como acciones de sensibilización, ya que se aprovecha para mostrar a los alumnos y al público los proyectos que llevan a cabo las ONG en el terreno.
Cesal destaca diversas propuestas entre las ideas que ha recibido de particulares, tales como: sorteos benéficos de obras de arte, recaudación de los trabajadores de una empresa cuyo importe iguala la compañía para duplicarlo, carreras ciclistas para reunir tantos euros como kilómetros recorridos, funciones de teatro benéficas. Estas iniciativas pretenden ayudar a los ciudadanos de Haití, pero la última emergencia procede de Chile y también son útiles para responder a ella.
Por su parte, el voluntariado on line, posible desde casi cualquier lugar siempre que se cuente con un ordenador y conexión a Internet, es la alternativa preferida para quienes no se pueden comprometer en un horario o unos días determinados. Cesal anima a difundir su campaña. Propone enviar a los contactos un archivo PDF en el que explica su labor en Haití, suscribirse a su newsletter y reenviarla a otras personas o difundirla en las redes sociales, así como usar en blogs y páginas web propias los banners que ha diseñado para este fin.
Apuesta por personal local
La falta de experiencia es uno de los motivos para derivar a otras tareas a quienes se proponen como voluntarios para viajar hasta el lugar del desastre. Las organizaciones, en general, optan por trabajar con personal local, ya que conocen la realidad de cada zona y cuentan con la experiencia y los recursos necesarios en estos casos. Algunas ONG ni siquiera trasladan personal desde España.
Intermón Oxfam considera que el personal local es la opción preferible, puesto que estos trabajadores son «especialistas en ayuda humanitaria que están entrenados para trabajar en esas condiciones y ya están en el país». Una manera de contar con personal local es colaborar con contrapartes, organizaciones autóctonas con las que se alcanzan acuerdos. En el caso de Chile, miembros de Oxfam Internacional en el país han evaluado la situación de las poblaciones de Constitución y Concepción, principales afectadas por el terremoto de 8,8 grados en la escala Richter.
Cuando se envía personal desde España, se selecciona a quienes cuentan con experiencia en catástrofes pero, sobre todo, es personal con formación. Médicos, enfermeros, psicólogos o bomberos, entre otros, cuya aportación es insustituible. Hay que saber ayudar y viajar con el material adecuado para atender a las víctimas desde el primer momento. A pesar de que los coordinadores de equipo distribuyen las tareas, cada persona debe ser autónoma para agilizar cualquier acción.
Cáritas Chile perdió su oficina en Concepción, pero «todo el personal se encuentra a salvo» y trabaja para prestar ayuda humanitaria a través de tres centros de distribución, mientras que «la oficina nacional en Santiago sufrió también algunos daños, pero opera con relativa normalidad», explica la entidad. El teléfono habilitado para donaciones es el 902 33 99 99, aunque también se recaudan fondos a través de las cuentas habituales.
Cruz Roja recoge donaciones on line, cuyo importe deciden los propios donantes. Se financiarán, entre otros, el traslado de unidades de apoyo psicosocial, la valoración de necesidades de las personas afectadas, la capacitación y formación de voluntarios y la elaboración de materiales informativos y de sensibilización.
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La inmediatez es fundamental en caso de catástrofe, ¿pero qué ocurre cuando se han atendido las urgencias? Quienes quisieron ayudar los primeros días parecen olvidarlo, las donaciones disminuyen y los voluntarios no lo son tanto a pesar de que las cifras de víctimas se mantienen.
Dos meses después del terremoto de Haití, Médicos Sin Fronteras reconoce que “las necesidades médicas son todavía enormes y las condiciones de vida de la población, extremadamente precarias”. “La fase de emergencia aguda ha terminado, pero el país sigue en una fase crítica”, detalla.
La atención psicológica, los cuidados postoperatorios y la educación escolar son necesidades básicas
Cuenta por miles los pacientes que requieren atención psicológica y cuidados postoperatorios: curas, limpieza de heridas, cambio de vendajes, revisión de fracturas mediante radiografía, aplicación de fijaciones externas, retirada de escayolas, seguimiento de los injertos de piel, así como cirugía reconstructiva y otras intervenciones especializadas. Hay que tener en cuenta a las miles de personas que viven en campamentos improvisados, a los miles de niños que no pueden acudir a la escuela o a los progenitores que no pueden trabajar. “Ante la magnitud de la catástrofe y las enormes necesidades de la población, la respuesta es, en líneas generales, insuficiente”, subraya MSF.
Para los niños, UNICEF instalará hasta 150 tiendas de campaña que funcionarán como escuelas: “El objetivo consiste en lograr que todos los niños en edad escolar hayan regresado a clases a principios de abril”. Otro de los objetivos es contar con personal docente, una tarea fundamental “porque en tiempos de caos y crisis, la educación otorga a los niños una sensación de seguridad y normalidad”. En Chile, esta organización pretende recaudar un total de 3,5 millones de dólares “para cubrir las necesidades inmediatas y a medio plazo de mujeres y niños” en las zonas afectadas. Con este dinero, se facilitará apoyo psicosocial, educación, agua y saneamiento.