Cada 25 de mayo se celebra el Día de África en el que se festeja la fundación en 1963 de la Organización para la Unidad Africana (OUA) que agrupaba a los países miembros del continente y que en 2002 querdaría reemplazada por la Unión Africana. Aunque muchos han sido los retos conseguidos por esta región a lo largo de su historia, todavía hoy quedan desafíos futuros para acabar con la pobreza, la sequía y los conflictos. África sigue siendo el territorio con más recursos del planeta y con la población más pobre. En este artículo se refleja la realidad y paradoja del continente africano, rico en recursos naturales pero el más pobre del mundo, con conflictos abiertos, escasez de agua y produciendo para otros países.
El África pobre
África es un continente rico en tradiciones y costumbres culturales y con imponentes paisajes, fauna, flora y animales exóticos. Sin embargo, la realidad africana sigue siendo dramática. Según el último informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas, un 48% de sus habitantes (más de 300 millones de personas) viven con menos de 1,25 dólares al día, 30 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición y el 43% de la población no tiene agua potable.
Treinta millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición en África
Uno de los problemas importantes es la escasez de agua, situación que se agrava con las fuertes sequías y la mala administración del agua.
Además de ser la región más pobre del mundo, padece las consecuencias de tener los índices más altos de contagios de sida. La esperanza de vida se ha rebajado de 49 a 46 años de vida a causa de esta enfermedad. África registra el 70% de los casos de sida del planeta, con más de 2,2 millones de muertes al año. Sin la adecuada nutrición, atención sanitaria y medicamentos (tales como los antirretrovirales) que están disponibles en los países desarrollados, un gran número de personas en este continente desarrollarán la enfermedad del sida por completo.
África registra el 70% de los casos de sida del mundo
En Africa hay numerosas guerras en plena erupción, como las de la República Centroafricana, Nigeria, Camerún, Mauritania, Somalia, Kenia, Sudán y Uganda. Las hay en clave religiosa, como las de la República Centroafricana, donde se enfrentan musulmanes y cristianos, y Nigeria, donde actúa el grupo islamista Boko Haram. También en el norte de Africa se asiste a un pulso violento entre los grupos radicales islámicos, muchos de ellos apoyados por el Estado Islámico, en Argelia, Egipto, Libia y Túnez.
Muchos de los conflictos son ocasionados por las materias primas que alberga el continente como el coltán, muy deseado para la fabricación de dispositivos electrónicos y que ha provocado conflictos en República Democrática del Congo, Sierra Leona y Liberia. Y es que lo que ocurre en el Sur tiene que ver con lo que se hace en los países del Norte y su forma de consumir, como revela la campaña «Tecnología Libre de Conflicto» puesta en marcha por la Fundación Alboan.
El África rica
El continente africano siempre ha sido rico en materias primas pero sin una industria desarrollada, lo que le hace depender del exterior y asumir aranceles muy altos para exportar manufacturas.
África alberga el 65% de las tierras cultivables del planeta
Es una zona del planeta rica en maderas, pescados, tierras fértiles y minerales como el petróleo, uranio, diamantes, oro, cobalto, manganeso, hierro, cobre y bauxita. Resulta paradójico que África albergue el 65% de las tierras cultivables del planeta en algunas regiones, aunque se utilizan para asegurar el alimento de otras poblaciones fuera del continente. Países como Arabia Saudí, China, Corea del Sur o Kuwait han comprado campos de cultivo a los gobiernos africanos. Sin embargo, según la ONU, el 25% de los habitantes del África subsahariana sufre nutrición insuficiente, y esa es la mayor proporción del mundo.
Países como Costa de Marfil y Ghana se han convertido en los primeros exportadores mundiales de cacao. Esto ocurre también con el café o el caucho.
Hay otras materias primas que se encontraban en suelo africano antes de que los colonizadores llegaran, como el algodón o el oro. En la actualidad, el primer productor de oro en la región es Sudáfrica seguido de Ghana, Mali y Burkina Faso. Las poblaciones cercanas a las minas se están viendo afectadas por la explotación industrial y la instalación de grandes empresas multinacionales, sobre todo canadienses, que las empobrecen más, contaminan las aguas y les expropian sus tierras.
En las últimas tres décadas, Etiopía ha sufrido siete grandes sequías que han ocasionado terribles hambrunas. En la actualidad, este país afronta la peor sequía en más de 50 años debido al fenómeno El Niño que sucede cada 3-7 años y que dura entre 6 y 24 meses. La sequía en el norte, centro y oeste del país ha llevado a la ausencia de dos estaciones de lluvia consecutivas en 2015 e inundaciones en el sur y sureste.
La sequía está provocando malnutrición (se prevén 400.000 niños con malnutrición severa este año), escasez de agua (se estima que 1,8 millones de personas no tendrán acceso a agua potable este año) y de alimento, además de falta de cultivos (en un país donde el 80% de la población depende de la agricultura), pérdida del ganado, contaminación de aire y agua y enfermedades.
Según Save the Children, cerca de cinco millones de niños están en riesgo de hambruna y 350.000 ya sufren desnutrición severa. La sequía ha afectado a 8,2 millones de etíopes en una zona del tamaño de Reino Unido.